El infectólogo Roberto Debbag explica qué pasará con el Covid y afirma que su peligro es hoy similar al de la gripe, pero con un matiz. El psicoanalista Pedro Horvat analiza el saldo del trauma social.

Las estadísticas del Covid vienen mostrando semana a semana, a nivel mundial, una reducción sostenida en la cantidad de muertes. Los contagios varían según el país. En Argentina, si bien la cantidad de testeos es baja, la cifra de casos marca una tendencia decreciente, aun con clima invernal, actividad social sin restricciones, la guardia preventiva distraída y el declive en el uso del barbijo.

El planeta parece empezar a darle la espalda a la pandemia. Este último fin de semana coincidieron en diferentes países varias fiestas populares, que el Covid había interrumpido durante los últimos dos años, como el Festival de Glastonbury, en Inglaterra; celebraciones por el Día del Orgullo LGBTQ; o la fiesta de San Juan, en Salvador de Bahía.Una imagen del desfile por el Día del Orgullo LGBTQ+ en San José de Costa Rica. Foto: Reuters

Una imagen del desfile por el Día del Orgullo LGBTQ+ en San José de Costa Rica. Foto: Reuters

Este escenario del coronavirus, aparentemente postrero, dispara algunas preguntas: ¿Es el epílogo de la pesadilla? ¿Está realmente cerca el final de la pandemia? ¿O acaso la seducción del riesgo menguante reserva algún histeriqueo para socavar tanto optimismo? Y en concreto: ¿Pueden aparecer aún variantes más contagiosas y agresivas?

“La probabilidad de nuevas variantes siempre existe. Lo que ocurre es que ahora esa probabilidad empieza a ser cada vez menor. Principalmente porque la velocidad de aparición de nuevas variantes no está tan acelerada como antes”, dice Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Sudamericana de Infectología Pediátrica.

La variante Ómicron cumplió siete meses (tras su detección en Sudáfrica en noviembre de 2021) y ha sumado una familia numerosa de subvariantes: B.1.1.529, BA.1, BA.1.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5. Algunos científicos argumentan que alguna de éstas debió haber merecido otra letra del alfabeto griego.Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. Foto: Lucía Merle

Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. Foto: Lucía Merle

“Las subvariantes de Ómicron BA.4 y BA.5 son las que probablemente puedan dar en los próximos meses un aumento en la cantidad de casos”, afirma Debbag, pero agrega un elemento clave: “Lo que ocurre es que cambió la situación del riesgo de tener una complicación o un final fatal por la infección”.

El experto atribuye el principal cambio a dos factores fundamentales: “La tasa de vacunación con dos dosis (aunque lo ideal es tres dosis, para que el virus circule menos y no aparezcan nuevas variantes) y la cantidad de población que en la Argentina ya se ha contagiado. Si bien se pueden reinfectar, son cuadros de resfrío”.

¿Qué va a pasar en el futuro con estas infecciones? “El golpe final para terminar la pandemia pasa por dos o tres estrategias que van a producirse para este fin de año, y que en la Argentina seguramente las tendremos el año que viene, que son las vacunas a medida o ‘vacunas sastre’”, dice Debbag.A contrapelo del resto del mundo, ferreos controles de la cuarentena en Beijing, este domingo. Foto: AP

A contrapelo del resto del mundo, ferreos controles de la cuarentena en Beijing, este domingo. Foto: AP

¿Qué son las ‘vacunas sastre’? “Combinaciones de lo que está circulando. Lo mismo que la vacuna del virus de la gripe, modificada anualmente y de la que se aplica una dosis anual. Eso es lo que posiblemente vaya a dar el toque final”, considera el especialista.

Pfizer y Moderna ya anunciaron en los últimos días sus nuevas vacunas adaptadas a Ómicron y sus diferentes linajes. Según el ensayo de Pfizer, un mes después de que las personas reciben su vacuna combinada tienen un aumento de 9 a 11 veces en los anticuerpos que combaten a esta variante.

A eso Debbag suma “algunas otras vacunas, llamadas de proteínas -en Argentina se está desarrollando la ARVAC en fase 1– y otras que se administran por vía nasal. Esos tres elementos son los que van a dar, si no aparece una nueva variante -y esperemos que eso no ocurra- el toque final a la pandemia”.El desarrollo de la vacuna argentina ARVAC contra el Covid.

El desarrollo de la vacuna argentina ARVAC contra el Covid.

Llegará entonces el momento de decidir qué hacer con la primera generación de vacunas, cuya función ha sido crucial para evitar que los estragos causados por la pandemia hayan sido mayores. Hay expertos que creen que la mejor opción sería combinar dosis de las nuevas formulaciones con las hechas contra el virus original de Wuhan.

Una investigación conocida el último viernes en la revista The Lancet, firmada por investigadores del Colegio Imperial de Londres, calculó que las vacunas salvaron la vida de 20 millones de personas en el año transcurrido entre el 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2021.

Según ese trabajo, la mayoría de las muertes evitadas ha sido por el impacto directo de las vacunas, al permitir que la gente fuera inmunizada, y el resto por los efectos indirectos de la “inmunidad de rebaño” y la desaturación del sistema sanitario. Al día de hoy, la cantidad de fallecidos por Covid en el mundo es de 6,34 millones.La primera generación de vacunas evitó unos 20 millones de muertes por Covid. Foto: Reuters

La primera generación de vacunas evitó unos 20 millones de muertes por Covid. Foto: Reuters

Tal como transcurre actualmente la pandemia, con un promedio semanal de 8.500 muertes globales, ¿es correcto considerar que el virus del Covid supone ya un peligro similar al de la gripe? “Sí, podríamos considerar que en este momento sí”, afirma Debbag. Pero acota un matiz.

“Lo que ocurre -continúa- es que lo que estamos viviendo con el Covid es también un tsunami de lo que pasó: el Covid prolongando y sus secuelas. Estoy mucho más preocupado sobre cómo van a responder los sistemas sanitarios de Argentina para enfrentar esta cuestión, que tiene que ser atendida”.

Debbag detalla que “entre dos y tres personas de cada diez han quedado con Covid prolongado. Gente con secuelas cardíacas o neurológicas. A esto se suman las personas que no han accedido al sistema sanitario y tienen retraso en el diagnóstico de enfermedades como el cáncer. Por último, hay seguir vigilando tanto a este virus como otros”.

Otro tsunami

El tsunami no es sólo sanitario, sino también psicológico y social. Allí se suman más dudas e interrogantes: ¿Cómo será el mundo post pandemia? ¿Se puede pensar en un “olvido” del trauma vivido o lo que pasó nos acompañará y seguirá afectando, al menos a las generaciones que han atravesado la experiencia?

El psiquiatra y psicoanalista Pedro Horvat, ex miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, cree que “antes de dar una respuesta general debemos mencionar a las personas que fueron concretamente traumatizadas. Es decir, aquellas que sufrieron la pérdida de seres queridos, la pérdida de un proyecto económico o sueños que quedaron truncos. En ellos perdurará el trauma ya no de la pandemia, sino de la pérdida concreta”.Pedro Horvat, psiquiatra y psicoanalista, ex miembro de la APA. Foto: Archivo

Pedro Horvat, psiquiatra y psicoanalista, ex miembro de la APA. Foto: Archivo

Por otro lado, “como respuesta general, como sociedad, si ésta fue la última pandemia creo que los efectos que aún hoy observamos van a ir cambiando lentamente y desapareciendo. Sobre todo aquellos que tienen que ver con la introversión, la dificultad para volver al afuera, a conectarse con la gente y comunicarse con el mundo real”, agrega el psicoanalista.

Horvat cree también que “hay efectos positivos de la pandemia que probablemente van perdurar: instaló en todos nosotros la idea de la salud como un hecho colectivo. Es decir, que la salud del conjunto incide en la salud individual. No teníamos registro de algo así y eso puede implicar buenas conductas en cuanto a distanciamientos saludables y cuidados en medios de transporte. Me pregunto, por ejemplo, si el barbijo no seguirá siendo utilizado por mucha gente”.

En la enumeración de saldos positivos post pandémicos el experto agrega “una mayor conciencia en relación a la vacunación, no sólo para el Covid, sino para la gripe, la neumonía y otras enfermedades. Y una creciente confianza en la ciencia. El hecho de que las vacunas no eliminaron la enfermedad pero sí contuvieron el peligro de la muerte en un enorme porcentaje, es lo que alivia la situación traumática y lo que va a permitir que vayamos viviendo mejor”.

Para el final, Horvat plantea una incógnita: “Antes dije ‘si ésta fue la última pandemia’. Y esto sí está instalado como fantasma: ¿Cuál será la próxima? ¿Qué pasará? ¿Será alguna zoonosis extraña, un virus que no conocemos? ¿Será alguna otra manera tremenda de morir?”.

El psicoanalista identifica ahí “una suerte de alerta y uno lo ve, si algo pasa en China o se habla de la viruela del mono. Si durante años no sucede nada seguramente el fantasma se irá desvaneciendo, pero si vuelven a ocurrir pandemias la situación traumática y de vulnerabilidad para el conjunto de la sociedad va a quedar instalada”.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/pronostican-final-pandemia-nuevas-vacunas-resfrios-leves-incognita_0_B4pnCdkRpa.html