Anécdotas de la Quinta de Olivos

La quinta pertenecía a la familia Azcuénaga y en 1918 uno de sus descendientes la donó.Qué les pasó a Perón, Illia y Menem en esa residencia de presidentes.

Anécdotas de la Quinta de Olivos, según pasan los presidentes

La vieja quinta de los Azcuénaga, sí, del vocal de la Primera Junta, fue donada por uno de sus descendientes, Carlos Villate Olaguer, para que se convirtiera en residencia veraniega de los presidentes de la Nación.

La donación se hizo efectiva en 1918, cuando Hipólito Yrigoyen la aceptó pero vivió en sus dos períodos de gobierno en su humilde casa de la calle Brasil en el barrio de Constitución.

Como había una cláusula testamentaria que indicaba que, si no se ocupaba, debería devolverse el bien a la familia, le ordenó a su canciller, Honorio Pueyrredón, que la habitara ocasionalmente.

El primer presidente que residió en el lugar fue el dictador José Félix Uriburu. Su sucesor, fraude mediante, el también general Agustín P. Justo, instaló en la quinta una colonia de vacaciones, forestó el lugar y encaró obras de restauración en la vieja casona construida en 1854 por el pintor Prilidiano Pueyrredón.

En 1935 el Estado compró a la familia Madariaga Anchorena una espléndida mansión ubicada en la calle Suipacha 1034 de la Capital para que se convirtiera en la residencia oficial de los presidentes. Allí residirán el general Justo, Roberto Marcelino Ortiz, Castillo y los generales Ramírez y Farrell.Alberto Fernández y Javier Milei, reunión en Olivos luego del balotaje de noviembre. Foto: EFE/ Maria Eugenia Cerutti/Alberto Fernández y Javier Milei, reunión en Olivos luego del balotaje de noviembre. Foto: EFE/ Maria Eugenia Cerutti/

Al notar la familia de Villate que no se cumplía la cláusula impuesta por el donante, reclamó al Estado la devolución de la Quinta de Olivos, pero la Corte Suprema determinó en 1941 que el inmueble sería en adelante la Quinta Presidencial.

De Perón a Menem

Juan Domingo Perón decidió residir con Evita en la casona que el Estado había adquirido en 1937, el Palacio Unzué. Tras la muerte de Evita en julio de 1952, Perón vivió por temporadas en la quinta, instalando un microcine y cediendo un sector importante para las actividades deportivas y sociales de la Unión de Estudiantes Secundarios.

El general Eduardo Lonardi, primer presidente de la Revolución Libertadora, se mudó a la quinta. En noviembre de 1955 se produjo una crisis interna dentro del gobierno. Lonardi renunció y la residencia quedó para que la ocupara el general Pedro Eugenio Aramburu.

En 1958, elecciones mediante, la habitó Arturo Frondizi. A mediados de 1961 llegó de visita al lugar Ernesto “Che” Guevara, invitado por el presidente por especial pedido de su colega John Fitzgerald Kennedy, buscando una mediación en torno al problema cubano.

El doctor Illia asumió en octubre de 1963 y ocupó esporádicamente la quinta aunque prefería utilizar la habitación de la Casa Rosada para ahorrar tiempo.

Aquel noble gobierno fue derrocado en junio de 1966 por otro golpe cívico militar encabezado por el dictador-general Juan Carlos Onganía quien casi incendia la quinta de Olivos al producirse un cortocircuito en un escenario montado sobre la pileta de la residencia para que actuaran los Cinco Latinos.

En octubre de 1973, Juan Domingo Perón abandonó la casa de la calle Gaspar Campos y se mudó a Olivos. Allí se producirá su histórico reto a los diputados de la J.P. y transcurrirán sus últimos días en medio de médicos, enfermeras y las brujerías de su secretario privado.

Desde allí partió el 1 de julio de 1974 el cortejo fúnebre que paralizaría el país y hacia allí regresaría su cuerpo. Meses más tarde se sumaría a la cripta el cuerpo de Eva Perón que regresaba al país luego de un increíble y macabro recorrido iniciado en 1957.Vista aérea de la Quinta Presidencial de Olivos./ AGNVista aérea de la Quinta Presidencial de Olivos./ AGN

Tras la expulsión de Isabel Perón del gobierno, y por lo tanto de la Quinta, el dictador Videla y su señora se negaron a mudarse hasta que no sacaron los cuerpos de Perón y Evita.

Vendrán otros dictadores, Viola, Galtieri y Bignone hasta que en diciembre de 1983 recuperamos la democracia y se instaló en el lugar el doctor Raúl Alfonsín.

Su sucesor, Carlos Menem, realizó las últimas reformas a la Quinta. Según los medios de la época, convirtió a Olivos en un polideportivo rodeado de un pequeño zoológico.

Fuente: https://www.clarin.com/viva/anecdotas-quinta-olivos-pasan-presidentes_0_RHVwYQZOua.html