La gastritis reúne a una serie de trastornos que afectan al revestimiento del estómago. Te enseñamos sus síntomas, causas y tratamiento.

Se denomina gastritis a la inflamación, erosión o irritación de la capa que reviste al estómago. Se distinguen de manera general dos tipos: aguda y crónica. En el primer caso aparece de forma repentina, mientras que en el segundo se desarrolla a lo largo de los años. Si no se trata la mayoría de las episodios agudos evolucionarán a crónicos, de manera que las personas deben estar atentos a sus síntomas.

Dado que muchas veces existe un desconocimiento de sus signos, o que estos se pueden confundir con otras afecciones, no es infrecuente que los cuadros de gastritis pasen desapercibidos. En las líneas siguientes te presentamos todo lo que deberías saber de este trastorno, en especial cómo identificarlo, prevenirlo y qué hacer para tratarlo.

Síntomas de la gastritis

La particularidad de una condición es que puede no provocar síntomas en los pacientes. Algunos desarrollan una leve incomodidad, mientras que otros manifiestan signos más intensos. De acuerdo con Johns Hopkins Medicine, los síntomas más frecuentes de este trastorno son los siguientes:

  • Dolor y malestar estomacal.
  • Ardor en el estómago.
  • Náuseas y vómitos (estos últimos con sangrado).
  • Sangre en las heces.
  • Pérdida de apetito (lo que se puede traducir en pérdida de peso).
  • Eructos e hipo.

Los pacientes también suelen reportar un dolor en la parte superior central o superior izquierda del estómago. Cuando el dolor es intenso, este puede dar la sensación de que emana de la parte trasera del abdomen (espalda). La hinchazón del estómago también es un signo frecuente.

Como puedes ver sus signos son muy generales, de manera que los expertos advierten que puede ser confundida con facilidad con otras afecciones. La enfermedad de úlcera péptica, la enfermedad celíaca, la colecistitis, la dispepsia, los cálculos biliares, la enfermedad de Crohn y muchas otras desarrollan síntomas casi idénticos.

Causas de la gastritis

La gastritis por causa infecciosa
A pesar de que se suele asociar a la gastritis con causas infecciosas, en realidad hay varios motivos que condicionan esta condición.

Las causas de la gastritis son muy variadas y condicionan el desarrollo y la manifestación clínica de la enfermedad. Hemos mencionado al principio que a grandes rasgos se divide en aguda y crónica, aunque de manera particular encontramos más tipos. Te presentamos a continuación los tipos de gastritis y sus causas más frecuentes.

Gastritis no erosiva

Esta es la más común de todas y se caracteriza por el desgaste del tejido gástrico. La mayoría de los casos se desarrollan debido a una infección por Helicobacter pylori. La bacteria crece en el revestimiento gástrico y penetra un poco en él para poder desarrollarse en el entorno ácido.

Gastritis erosiva

La gastritis erosiva por lo general se manifiesta debido a la interacción con sustancias irritantes. Los alimentos picantes, el alcohol y la ingesta de algunos fármacos (aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos, principalmente) son los principales responsables. También se puede desarrollar por el estrés, la radiación, las infecciones y ciertas lesiones (por sondas gástricas, por ejemplo).

Gastritis vírica o micótica

Esta se desarrolla en pacientes que han contraído una infección o una enfermedad por un tiempo prolongado y esta ha debilitado el sistema inmunitario. Por ejemplo, existe evidencia de que el virus del herpes simple puede ocasionar gastritis; también se han reportado casos generados por el virus de la varicela-zósterEstos episodios son raros, aunque pueden ocurrir.

Gastritis infecciosa

Algunos especialistas utilizan la etiqueta de gastritis infecciosa para describir a los casos cuyo desencadenante no es Helicobacter pylori. Bajo esta categoría las infecciones víricas y micóticas entrarían a formar parte de esta etiqueta. Son muy poco frecuentes, aunque las personas con un sistema inmunitario comprometido la pueden manifestar (como los pacientes en tratamiento de cáncer o con VIH).

Gastritis atrófica

La gastritis atrófica es aquella en la que se produce un adelgazamiento de la mucosa que reviste el estómago, al término que hay una reducción de las células que producen enzimas y ácidos. Tiene diversas causas, aunque la mayoría de los episodios se deben a una reacción autoinmunitaria.

Es decir, cuando el cuerpo se ataca a sí mismo (se denomina gastritis con metaplasia autoinmunitaria). Puede aparecer también en personas con parte del estómago extirpado y ante infecciones graves.

Estas son las causas y los tipos más frecuentes de gastritis. No podemos dejar de mencionar la gastritis aguda por estrés, la gastritis por radioterapia, la eosinofílica y la enfermedad de Ménétrier. Fumar y tener reflujo biliar crónico son otras posibles causas para estos trastornos.

Tratamiento de la gastritis

La gastritis se trata de varias maneras
A pesar de que no todas las causas de gastritis tienen cura, sí existen muchos métodos para aliviar los síntomas.

El tratamiento para la condición varía de acuerdo con su desencadenante. Este se determinará en el proceso diagnóstico, el cual tendrá en cuenta tanto el historial médico del paciente como una serie de pruebas de laboratorio y otras destinadas a evaluar la condición del revestimiento del estómago. Una vez se determine su causa, se puede proceder a aplicar un tratamiento determinado.

Por ejemplo, si el causante es la infección por la bacteria H. pylori, se procederá a administrar antibióticos para reducirla. Si se ocasiona por la ingesta de alcohol, fumar o el consumo de algunos fármacos o alimentos, se optará por un cambio en estos patrones de comportamiento y de ingesta. Todo esto aplica para las diferentes variantes del trastorno.

Los especialistas suelen utilizar antiácidos, fármacos inhibidores de la bomba de protones y los bloqueadores de histamina (bloqueadores H2). Todos ellos ayudan a “amortiguar” el entorno ácido estomacal para disminuir los síntomas y las lesiones de la mucosa.

Ciertos tipos de gastritis no se pueden curar o tratar, como es el caso de la enfermedad de Ménétrier. En este caso, se opta por extirpar parcial o totalmente el estómago cuando el desarrollo de los síntomas y la evolución de la enfermedad es severa.

La alternativa de tratamiento varía de acuerdo con la edad y la intensidad de los signos, de manera que debes consultar con un profesional para evaluar tu caso y la hoja de ruta elegida para controlarlo.

Fuente: https://muysalud.com/enfermedades/gastritis/