Si tengo hipotiroidismo: ¿siempre estaré gordo?

En la parte alta de nuestro cuello tenemos un órgano que no suele conocerse durante la enseñanza del colegio: la tiroides. La glándula tiroides tiene forma de mariposa y su función es formar las hormonas tiroideas, volcarlas en el sistema sanguíneo y así hacerlas llegar a todos los tejidos del cuerpo con las cuales se podrá utilizar energía y mantener la temperatura corporal.

Este órgano siempre ha estado relacionado con el peso, y es que este órgano, en concreto las hormonas que produce, regula en metabolismo (junto con más procesos y hormonas). Existe una relación compleja en la que los niveles bajos de hormonas tiroideas se relacionaban con un MB (metabolismo basal) bajo, y viceversa. El metabolismo basal es la cantidad de energía que quema el cuerpo en reposo. Cuanta más energía se queme, mayor será la cantidad de peso a perder.

Controlar el peso con hipotiroidismo

Existen dos tipos de afecciones cuando hablamos de la tiroides: el hipertiroidismo y el hipotiroidismo.

Este último, el hipotiroidismo se asocia con un MB menor. Es decir, tu cuerpo no quemará suficiente energía y por tanto habrá una tendencia a aumentar de peso. Esto no quiere decir que el aumento del peso sea excesivo y se roce la obesidad.

La mayoría del aumento de peso que ocurre en el hipotiroidismo es debido a la acumulación excesiva de sal y agua. Raramente, el hipotiroidismo resulta en un aumento masivo del peso corporal. En general, entre 2 y 5 kilos de peso se pueden atribuir a la tiroides, dependiendo de la severidad del hipotiroidismo.

¿Puedo perderlo?

Como se ha indicado, este peso está presente en forma de agua y sal, no de grasa. De este modo la pérdida de peso podría llegar únicamente al 10% del peso corporal. Cuando se comienza un tratamiento para hacer frente al hipotiroidismo, se busca que el peso se restablezca en el que era antes de que se desarrollara la patología.

Síntomas del hipotiroidismo

No solamente el aumento del peso es el único síntoma del hipotiroidismo, sino que llega acompañado de muchos otros y totalmente diversos entre sí. Estos son algunos de ellos: piel seca, hinchazón de la cara, sensibilidad al frío, fatiga colesterol elevado, dolor y sensibilidad muscular, depresión… Como se ve este amplio abanico hace que sea solamente con la visita a nuestro médico de cabecera junto con unos análisis, el modo en el que demos con el hipotiroidismo y comencemos a tratarlo.

¿Te han diagnosticado algún tipo de enfermedad tiroidea? ¿Tienes síntomas pero todavía no te han diagnosticado nada? Si sientes algunos de estos síntomas: problemas de peso, pérdida de pelo, agotamiento, piel seca, depresión y ansiedad, infertilidad, dolores musculares y articulares, palpitaciones, irregularidades en el ciclo menstrual, mente espesa o trastorno de sueño, esto querría decir que tu glándula tiroidea no está funcionando correctamente.

La tiroidea habita en el sistema endocrino y está en constante comunicación con todos los órganos y glándulas de este sistema. Sin embargo, aunque parecen lo mismo el hipertiroidismo y el hipotiroidismo son cosas distintas.

Hipertiroidismo e hipotiroidismo no son lo mismo

La glándula tiroides está dispuesta en el cuello en forma de mariposa. Como todas las glándulas del cuerpo necesitan un ritmo para trabajar. Cuando esta función aumenta, se llama hipertiroidismo y cuando disminuye se conoce como hipotiroidismo. Además, es una enfermedad más asociada a la mujer. Está ligada a las hormonas T4 y T3.

La glándula del tiroides es la que se ocupa de regular los procesos metabólicos del organismo y la energía del cuerpo, por lo que si se produce en exceso o en defecto, aparecen trastornos que afectan directamente al peso, el estado de ánimo y la energía física y mental.

Hormona T3 (bigstock)

Afecta de forma directa al sistema hormonal. Algunos de sus síntomas son: latidos cardiacos irregulares, acelerados y fuerte, temblor en las manos, cambios bruscos en el peso, fatiga, dificultad para concentrarse, aumento del tamaño de la tiroides (bocio) o aparición de nódulos tiroideos, intolerancia al calor y sensación de sofoco, ansiedad, inquietud, pérdida de cabello o insomnio, entre otras.

El tratamiento varía en función de la gravedad de los síntomas, en la medida en que puedan afectar a la calidad de vida del paciente. Por otra parte, la prevención es muy limitada y en la mayoría de los casos aparece aunque la persona se cuide de forma muy estricta. Como mucho se puede controlar el consumo de alimentos ricos en yodo.

Los síntomas varían del caso anterior: fatiga, sensibilidad al frío, estreñimiento, piel seca, aumento de peso, hinchazón de la cara, ronquera, debilidad muscular, nivel de colesterol, inflamación de articulaciones, depresión, etc. En ambos casos, si crees que puedes estar padeciendo esta enfermedad, el primer paso es hacerse un análisis de sangre.

Forma del tiroides (bigstock)

Fuente: https://www.65ymas.com/salud/si-tengo-hipotiroidismo-siempre-estare-gordo_23094_102.html