El tema preocupa sobre todo con los mayores de 60 años que dudan. A otros se les dificulta ir al vacunatorio. El problema adquiere mayor relevancia ante la llegada de la variante Delta.

Después de tanto remar esta pandemia, cuesta creerlo pero ocurre: hay un segmento de personas que no se quiere vacunar contra el Covid. No necesariamente “antivacunas”. Son silenciosos escépticos. Algunos, simplemente desmotivados.

Si bien es un nicho pequeño, colaboran a que la manta colectiva frente a la variante Delta, a punto de comenzar a circular comunitariamente, sea aún más corta.

Argentina tiene una tradición de enorme adherencia a la vacunación. Los expertos aseguran que la campaña contra el coronavirus no es la excepción. De hecho, los datos -por ejemplo, los que difunde el senador correntino y dedicado analista de las curvas Martín Barrionuevo– informan que el 87% de los mayores de 60 años recibió al menos una dosis. En el segmento de 50 años, llegaría casi al 90%.

El problema está en que mientras la foto global genera optimismo, cuando se mira por segmentos etarios, a mayor edad, la decisión de vacunarse declina.

Vacunación libre estaciones de trenes para mayores 35 años en la provincia de Buenos Aires. Foto Juano Tesone

Vacunación libre estaciones de trenes para mayores 35 años en la provincia de Buenos Aires. Foto Juano Tesone

Esto podría ser un problema frente a Delta, no solo la próxima variante de Covid que circularía en el país (aseguran las autoridades) sino la más desafiante.

Por su fluida transmisibilidad (más del 60% que las variantes conocidas de Covid), Delta exige contar con entre un 80% y un 90% de personas con esquema completo de vacunación, siempre que se busque evitar un alza en las hospitalizaciones.

Registros

Al cierre de esta nota, el 13% de los mayores de 60 años no había recibido ninguna dosis de ninguna vacuna. Los datos del Registro Federal de Vacunación (Nomivac) preocupan más cuando se miran los segmentos de mayor edad.

Como los cálculos se basan en cifras poblaciones no muy firmes (a falta de un censo poblacional desde 2010), Barrionuevo, explicó a Clarín que “conviene tomar los datos del RENAPER, que están más actualizados que las proyecciones del Indec para 2021”.

Así, remarcó, “en los mayores de 60 años, la adherencia a la vacunación Covid llega al 87%». Si bien el RENAPER no ofrece datos poblacionales desagregados de mayores de 80 años, el senador calcula que “la adherencia cae a cerca del 80%. Y, en los mayores de 90 años, queda por debajo del 60%, lo que tira todo el promedio para abajo”.

“Mientras las personas de 50 años para abajo se están vacunando a medida que son convocados, los adultos mayores son los que tienen más dudas”, opinó.

Vacunación libre en estaciones de trenes de la provincia de Buenos Aires. Foto Juano Tesone

Vacunación libre en estaciones de trenes de la provincia de Buenos Aires. Foto Juano Tesone

El detalle por provincias ofrece contrastes importantes. En Salta, por ejemplo, el 78% de los mayores de 60 años recibió una dosis. En Chaco, menos del 74%. En Formosa, solo el 72,5%. En Misiones, un escueto 64,4%.

Pero, ¿no se vacunan porque no quieren o porque no pueden?

Posibilidades

Según Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria de la ciudad de Buenos, si bien la adherencia en adultos mayores es, en general, “excelente», habría «un nicho escéptico«, por lo que están llamando «casa por casa a todos los no vacunados de más de 60».

Son “unas 50.000 a 60.000 personas”, estimó Battistella, si bien planteó que “en los barrios populares, el fenómeno es otro».

«Muchos de los que no se vacunan en las zonas más carenciadas son menores de 60, sea por falta de tiempo, porque se les pasó el turno… por eso se está probando una estrategia de vacunación abierta, sin turno”, informó.

Lo de no querer vacunarse está generando una pequeña polémica. Cabe recordar el caso reciente de la empresa forestal de Corrientes que habilitó un sorteo para los empleados que se hubieran aplicado al menos una dosis, luego de notar que el 60% no había recibido ninguna.

También se debate en los medios si habría que imponer restricciones a los no vacunados. O establecer la vacunación obligatoria; o dar permisos especiales a los vacunados. O premios. O descuentos. O todo. No sorprenden, en este sentido, las expresiones agitadas sobre los derechos de todos encarnados en premios y castigos a vacunados y no vacunados.

El vacunatorio porteño en el Club San Lorenzo. Foto Guillermo Rodriguez Adami

El vacunatorio porteño en el Club San Lorenzo. Foto Guillermo Rodriguez Adami

El tema sigue siendo cómo estar a la altura de la circunstancia epidemiológica. Los desafíos son dos: persuadir a quien duda de las vacunas, y llegar ahí donde el sistema no logra penetrar, algo que para Barrionuevo es muy claro en el interior de varias provincias.

No poder, no querer

Para el senador, «quien decida no vacunarse, que acepte el costo de tener las restricciones actuales de la pandemia. En cambio, se le podría ir generando mayor libertad al que se vacunó”.

Esto es, “descuentos al consumo, por ejemplo. Pagarle no sería lo mejor, pero el Estado podría incentivar con una menor carga tributaria”.

Paralelamente, dijo, hay un escenario logístico “pendiente”: “Llegar a los lugares que no hemos llegado. En mi provincia, Corrientes, hay que ir con vacunatorios móviles y meternos en los parajes. Es un desafio mas logístico, más que de convencimiento”.

Miguel Ángel Acanfora es especialista en Gerontología y Geriatría, y se sumo a la idea de que “hay mucha gente postrada, encerrada, no en instituciones geriátricas, que no sale y no se va vacunar si no los lleva un familiar”.

Operativo de vacunación a adultos mayores en Catamarca. Foto Prensa Gobierno provincial

Operativo de vacunación a adultos mayores en Catamarca. Foto Prensa Gobierno provincial

Además, señaló, hay pueblos en muchas provincias donde “si no le llevás el vacunatorio, la persona no se vacuna. La accesibilidad es muy importante: excede las creencias o la información que tenga la persona”.

Si bien acordó en que muchos adultos mayores ponen en primer plano sus dudas (“lo vivimos con la campaña de vacunación antigripal: llevó años convencer a la gente”), Acanfora señaló la importancia de comunicar bien.

“Es la explicación del beneficio. Si un mayor de 80 años se contagia, tiene 80% de chances de morir y 20%, de sobrevivir. Si te pongo en aislamiento te tengo que explicar bien por qué lo hago. Si no te dejás vacunar, es tu decisión. Hay que ser muy directos con el mensaje, aunque sea con una crudeza no tan agradable”, opinó.

En definitiva, concluyó Barrionuevo, “vacunarse es una decisión individual pero impacta en lo social. Mi posición es: ‘ok, vacunarte es tu decisión, pero esa decisión nos afecta a todos’”.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/rebano-argentinos-quieren-van-vacunarse-covid_0_3_FrJmCI4.html