Es importante recibir amor desde el nacimiento

Mother looks at her newborn baby in bed immediately after a natural water birth labour. Concept photo of pregnant woman newborn baby pregnancy.

Los cuidados emocionales son clave para poder tener salud mental y desarrollarse como humano en plenitud.

Aunque durante el embarazo ya comienza el vínculo madre-hijo, no se desarrollará del todo hasta después del nacimiento a pesar de que el recién nacido ya conoce a su madre, escuchó sus latidos y su voz durante todo el embarazo y su olor le resulta familiar.

Es una de las razones por la que se calma rápido cuando después de parir la mamá lo toma en sus brazos.

El psicoanalista austríaco René Spitz demostró en 1945 que no era suficiente que un niño pequeño tuviera sus necesidades físicas cubiertas –alimentación, cuidados o higiene– para que se desarrollara con normalidad.

En ese momento afirmó: “Cuando los niños son acogidos por hogares institucionales, a los pocos días manifiestan llanto y, luego, caen en un estado de apatía y depresión, muy similar a la depresión adulta. Por su sola presencia, la madre actúa como estímulo para las respuestas del niño. El placer del bebé se acrecienta cuando ella participa de sus regocijos”.

En 1992 neurólogos norteamericanos descubrieron que los bebés que tenían figuras de apego sólidas desde su nacimiento, desarrollaban sus redes neuronales de manera más consistente que los niños que fueron abandonados o vivían en instituciones que atendían sus cuerpos pero no sus afectos.

Lo que describió el psicoanálisis y la psicología infantil hoy la neurociencia lo confirma a través del concepto de neuroplasticidad, que significa que el cerebro se forma o se deforma según las experiencias del entorno.

Los cuidados del bebé

Todo bebé nace indefenso y necesita de un adulto para sobrevivir. Pero para poder tener salud mental y desarrollarse como humano en plenitud, también requiere de cuidados emocionales. Necesita que lo cuiden, lo quieran, lo piensen y respondan a sus miedos y sus angustias (no exclusivamente la madre). Sin esos aportes, su personalidad se tornará frágil y vulnerable.

Es útil recordar que nunca el ser humano aprende tanto como en el primer año de vida: su cerebro multiplica por tres su tamaño y se fundan las bases de las conexiones y redes de neuronas más importantes para su futuro desarrollo.

Los vínculos ausentes o agresivos pueden dañar definitivamente el diseño de esa compleja arquitectura cerebral y el paralelo diseño de la mente.

Un efectivo sostén emocional es la contrapartida a las vivencias de desamparo e indefensión con que un recién nacido llega al mundo. Le permite confiar en un vínculo estable, entendiendo por esto una relación cotidiana, constante y previsible.

El psicoanalista austríaco René Spitz demostró en 1945 que no era suficiente que un niño pequeño tuviera sus necesidades físicas cubiertas –alimentación, cuidados o higiene– para que se desarrollara con normalidad.

Norberto Abdala, médico psiquiatra

En el libro Una base segura. Aplicaciones clínicas de una teoría de apego, John Bowlby decía que son la estabilidad y la previsibilidad de los vínculos maternos los que le permiten al niño en crecimiento sentir que tiene una base segura de sostén.

A su vez, le permitirá confiar primero en quienes lo cuidan y después en él mismo. Es lo que lo dejará comenzar a explorar el mundo, separarse progresivamente y desarrollar su propia identidad.

La expectativa que tiene el niño respecto a lo que puede esperar de los demás es fruto de esos primeros cuidados que recibió y podrá construir (o no) esquemas mentales para vincularse en el futuro con los demás de manera satisfactoria.

Fuente: https://www.clarin.com/viva/importante-recibir-amor-nacimiento_0_OpfSxn0msb.html