Bajan un 25 por ciento los nacimientos en Ciudad y Provincia

Un baby boom por la cuarentena. Una avalancha de nacimientos. “Pandemials” y “cuarentenials”se aventuraron a etiquetar algunos a la camada de bebés que llegaría producto del confinamiento estricto por el coronavirus. Es que para algunos, el encierro podría derivar en más intimidad. Para otros, todo lo contrario: ansiedad, incertidumbre y miedo por lo que depararía la pandemia.

La pregunta circuló en charlas de amigos, familias y redes sociales. También se reflejó en los medios. La respuesta sobre lo que pasó en los primeros meses de las restricciones más duras está en los números oficiales de los nacimientos inscriptos. Y no, no hubo un baby boom.

Las cifras oficiales de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, muestran que por la pandemia hay en promedio un 25 % menos de nacimientos.

El dato surge de comparar lo que ocurrió en losregistros civiles porteños y bonaerenses en enero y febrero de este año con el mismo período de 2020, cuando todavía vivíamos en la normalidad. Y, obviamente, todos los bebés nacidos en los primeros dos meses de este año tuvieron que ser concebidos en pandemia.

En enero de este año se registraron 3544 inscripciones de recién nacidos en la Ciudad, cuando un año atrás fueron 5043. Es decir, 29,72 por ciento menos. En febrero de 2020, fueron 4558 y el mismo mes del año pasado, 3346: una caída del 26,52 %.

En tanto, en la Provincia en enero de este año se anotaron 14.454 nacimientos frente a 19.192 del año anterior, un 24,69 % más abajo. Y en febrero fueron 11.806 contra 15.139 de un año antes, el 22,02 %.

Claramente, la pandemia incidió en los planes de quienes deseaban tener hijos. Clarín consultó al médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin, que hace un año anticipó que no iba a haber un baby boom como después de la Segunda Guerra Mundial.

Bajo deseo sexual, relaciones escasas y poco satisfactorias, algunos de los efectos de la pandemia. Foto Shutterstock

Bajo deseo sexual, relaciones escasas y poco satisfactorias, algunos de los efectos de la pandemia. Foto Shutterstock

“Los efectos de la pandemia sobre la vida sexual se empezaron a ver a poco de comenzado el aislamiento. Lo que en un principio pareció una oportunidad para el reencuentro, terminó ocurriendo lo contrario: bajo deseo sexual, relaciones escasas y poco satisfactorias, alejamiento de los cuerpos, y, en consecuencia, para las parejas que deseaban tener hijos, la postergación de la natalidad hasta que mejoren las condiciones actuales”, dijo el especialista.

“Aún hoy, con más conocimiento y aperturas, el control de la natalidad, por lo menos en los medios urbanos, sigue vigente”, agregó.

La incertidumbre laboral, el factor económico y hasta el miedo de asistir a un centro de salud para hacerse controles son algunos de los factores mencionados por Ghedin que atentan contra los deseos de quienes quieren tener hijos. “Las dificultades del contexto suelen superar al deseo de ser padres. Por supuesto, que si llega, bienvenido sea. La capacidad de adaptación sigue vigente, más preparada que nunca”, afirmó.

Tendencia a la baja

Así, la curva de nacimientos profundizó una caída que venía sostenida en el tiempo. El 2020 cerró con 51.680 nacimientos en la Ciudad y 179.370 en la Provincia. En promedio un 14 por ciento menos con respecto a 2019

Pero la camada de “pandemials” se encamina a ser la más chica de los últimos cinco años. El “efecto Covid” comenzó a verse en marzo del año pasado, el mismo mes que arrancó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO).

“Citábamos a los padres a inscribir a los bebés y no venían. Teníamos mucha ausencia en los turnos. Todo lo que no se inscribió en marzo y abril se trasladó a mayo y a junio”, dijo Patricio Zalabardo, director del Registro de las Personas bonaerense.

El área tenía como actividad esencial los registros funerarios. Pero en la Provincia se decidió continuar con la inscripción de los nacimientos. “Es un trámite que no podíamos parar porque la ley nos pone un plazo”, dijo Zalabardo.

El Covid también cambió el funcionamiento del Registro bonaerense y lo hizo más amigable a estos tiempos. “Lanzamos un formulario de preinscripción para que los padres completen los datos en un formulario por Internet y solo vayan a firmar. De un trámite que llevaba hasta 40 minutos pasamos a 10”, dijo.

Por otra parte, resaltó que no hay chance de que por la pandemia hayan quedado bonaerenses sin anotar ya que vencido el plazo de 40 días para hacer la inscripción, se hace una de oficio. En ese caso, al bebé se le asigna el apellido de la madre y un nombre al azar. Zalabardo dijo que igual tratan de no llegar a esa instancia y que en algún caso citaron hasta 10 veces a los padres.

Una embarazada asiste a un control en pandemia. Foto AFP

Una embarazada asiste a un control en pandemia. Foto AFP

Una inscripción de oficio implica asignar “un nombre común” con el apellido de la madre. En el caso que los padres se presenten después y quieran asignarle otro, se debe hacer una rectificación, lo que implica un segundo trámite.

En la Ciudad también se sintió el efecto coronavirus. El dato de color es que en noviembre se rompió por primera vez en cinco años el piso de 4000 nacimientos y desde entonces no volvió a superarlo.

“Nosotros como registro civil porteño nunca dejamos de atender, en ningún momento de la pandemia. Estuvo y está abierto siempre. Con todo el tema de la pandemia hubo mucho temor y la gente no venía. Estamos tomando inscripciones del año pasado, de marzo, abril después de un año y pico”, dijo a Clarín Ramiro Rodríguez, director del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas porteño.

Por eso en la Ciudad aclaran que los datos de 2021 son “provisorios” y están a la espera de que los padres se presenten a hacer la inscripción. No obstante, en pandemia o no, estiman que siempre hay entre un 10 y 12 por ciento que pospone el trámite.

Sexo en pandemia

Descartada la posibilidad de que la baja de las cifras de nacimientos tenga que ver con una cuestión burocrática, volvamos al plano sexual. La pandemia tuvo consecuencias en todos los aspectos de la vida, también en la intimidad.

Las consultas por problemas como la erección, alcanzar el orgasmo u otros síntomas aumentaron, dice Ghedin. “En algunos casos eran problemas postergados, en otros casos, surgieron durante el confinamiento”, agrega el terapeuta.

Entre ellos menciona la “imposibilidad para generar espacios de intimidad, discordancias en la forma de tener sexo (qué me gusta, qué te gusta), monotonía en las relaciones, pobre juego erótico, y, en algunos casos, la apertura hacia nuevos estímulos como juguetes sexuales, con el objetivo de mejorar la performance sexual y al mismo tiempo hacer uso de un estimulo (juguete) que ayuda a bajar la presión sobre las practicas individuales”.

De cara al futuro y lo que pueda pasar cuando todo esto termine, Ghedin afirma que la experiencia de “otras post crisis con riesgo de vida” resultaron en conductas de “gran apertura y flexibilidad”.

En ese sentido, el sexólogo menciona que ya hay adultos de edad avanzada vacunados que “se están animando más a los encuentros sexuales” y aventura una “sexualidad más plena, quizá más relajada” al menos hasta que todo se reacomode.

“Así como podemos prever, según la historia, que las conductas sexuales post crisis se flexibilicen, también hay que recalcar que deberán continuar los cuidados para preservar la salud de enfermedades de transmisión sexual, además de la regulación de la natalidad”, subraya Ghedin.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/efecto-pandemia-bajan-25-ciento-nacimientos-ciudad-provincia_0_K_SmjHW73.html