Que el trabajo no invada tu vida personal

En este último año, a raíz del confinamiento, se ha potenciado en las empresas el teletrabajo con el fin de abordar de la mejor manera posible la crisis sanitaria por la Covid-19. Además, bajo estas condiciones, el trabajo en remoto ha permitido dar mayor accesibilidad a la conciliación familiar, más libertad para organizarse y llegar a la consecución de logros y aparentemente más disposición del tiempo libre.

¿Pero, realmente son todo beneficios?, ¿o hemos normalizado esta situación generándonos una autoexigencia y alta responsabilidad hacia nuestras funciones, ocasionándonos alguna consecuencia adversa?

El teletrabajo tiene sus ventajas e inconvenientes y es importante que sepamos identificarlos y los sopesemos correctamente para poder tomar una decisión adecuada si fuera necesario.

Algunas ventajas serían:

  • Ahorro de tiempo y dinero en transporte y desplazamientos.
  • Favorecer la conciliación familiar.
  • Flexibilización ante las tareas o los horarios.
  • Mayor tiempo libre.

Y algunas desventajas serían: 

  • Sensación de aislamiento de los trabajadores.
  • Dificultad para desconectar una vez terminada la jornada laboral.
  • Dificultad para automotivarse.
  • Muchas más distracciones.
  • Horas de trabajo ilimitadas.

Algunos de los mayores inconvenientes que nos podemos encontrar teletrabajando son:

  • La dificultad de separar la vida personal de la profesional. Muchas veces no se puede disponer de un espacio físico independiente para no vincular un área con la otra. 
  • Percepción o sensación de trabajar o rendir menos que trabajando desde la oficina; por lo tanto, se generan conductas de compensación como la autoexigencia elevada y horas extra para demostrar la carga laboral y los objetivos conseguidos.
  • No desconectar totalmente del trabajo, teniéndolo siempre presente, llegando a contestar mails o al teléfono en nuestro tiempo personal o familiar.

Burnout o síndrome del trabajador quemado

Con todo esto, el trabajo en remoto a largo plazo puede conllevar a una serie de consecuencias emocionales negativas que, si no se gestionan bien o no las identificamos a tiempo, podrían ocasionarnos un síndrome de burnout, o Síndrome del trabajador quemado, que hace referencia a la cronicidad del estrés en el trabajo.

Este trastorno se manifiesta por un estado de agotamiento emocional, mental y físico, (ya sea por exigencias, agobio, insatisfacción laboral, etc.) que, prolongado en el tiempo, puede ocasionar pérdida del interés de las funciones laborales, alterando o minando la autoestima del trabajador y creando consecuencias psicológicas negativas.

Por ello, es importante que identifiquemos los principales síntomas de este síndrome para poder prevenirlos y controlarlos: 

  • Dolores de cabeza tensionales y musculares (migrañas, dolores de espalda).
  • Insomnio.
  • Bajo rendimiento o absentismo laboral.
  • Incapacidad para concentrarse.
  • Dificultad para adaptarse a los cambios.
  • Ansiedad y/o depresión.
  • Irritabilidad, nerviosismo y agotamiento.
  • Sensación de ser poco eficaz y productivo.
  • Aburrimiento.

Consejos para una buena gestión emocional

Una vez identificados los posibles síntomas y consecuencias del síndrome de burnout, es importante que aprendamos a poner remedio a tiempo para que no se cronifique. Para ello veremos algunas pautas para favorecer una buena gestión emocional: 

  • Tener conciencia emocional para reconocer nuestras emociones y validarlas (escuchar a nuestro cuerpo).
  • Permitirnos no estar al 100% en momentos de estrés y ansiedad.
  • Dedicarnos el tiempo suficiente a nosotros mismos para poder desconectar del trabajo.
  • Valorar nuestro trabajo y aprender a delegar o poner límites si fuera necesario.
  • Hacer deporte como yoga o ejercicios de relajación y mindfulness.
  • Tener un espacio independiente para el trabajo, para no relacionarlo con la vida personal.
  • Cuidar la alimentación, horas de sueño y las pausas para el descanso.
  • Ser flexibles en los horarios en función de nuestras necesidades y posibilidades.
  • Comunicarnos asertivamente con nuestros jefes y supervisores para expresar nuestras necesidades.
  • Pedir ayuda profesional si no podemos controlar los síntomas y el malestar por nosotros mismos.

Por ello, si observáis que poco a poco tenéis desinterés en el trabajo y baja vuestra productividad, y vuestro malestar se convierten en apatía, fatiga y pesimismo entre otros, ocasionando estrés crónico y ansiedad, y por vosotros mismos no podéis gestionarlo de forma adecuada, no dudéis en acudir a un profesional de la psicología para que os ayude a paliar los síntomas de la forma más eficaz posible.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/salud-laboral/2021/06/17/estrategias-impedir-trabajo-invada-vida-personal-178683.html