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Desde Santa Catarina hasta Pernambuco, balnearios no evidentes para aprovechar los buenos precios y mejores playas del país tropical. Esta temporada, además, se anuncian nuevos vuelos directos y mejores conexiones.

Texto de Lina Glük

Los argentinos lo sabemos: las playas con arenas claras, el agua templada, las “barracas” que ofrecen caipirinha, queso “na brasa”, “peixe grelhado”. Las vacaciones en Brasil son sinómino de éxito, y más si, en condiciones cambiarias como la actual, los precios son amables con el golpeado bolsillo. Con casi ocho mil kilómetros de costa, las opciones se multiplican tanto que puede ser difícil elegir. En el sur, Santa Catarina suele ser la región elegida para quienes quieren viajar en familia en auto, evitando el gasto en pasajes aéreos. En el centro, las playas de Búzios, y los litorales de Río de Janeiro y San Pablo, son sitios para la escapada veloz y efectiva. El Nordeste, en cambio, propone estadías un poco más largas en los estados de Bahía, Alagoas, Rio Grande do Norte y Pernambuco. En todo ese amplio arco, quienes huyan de los destinos masivos –como Praia do Rosa, Canasvieiras, Pipa, Praia do Forte, Porto de Galinhas– pueden rumbear hacia otros menos concurridos, pero igualmente bellos, y con excelentes servicios. La buena noticia es que a los vuelos directos que siempre tuvieron Río de Janeiro y San Pablo, se han sumado los de Florianópolis, Salvador, Porto Seguro y hasta algunas frecuencias estivales a Maceió. La siguiente es una selección para disfrutar de lo mejor de Brasil, pero sin filas ni embotellamientos. Son vacaciones al fin.

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Barra de Ibiraquera

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Un canal artificial.</span> La Lagoa de Ibiraquera era, en sus orígenes, de agua dulce. En 1918, dada la proximidad al mar se trazó un canal que la unió al océano. Ese flujo –que signan las mareas– es el que organiza los días en esta tranquila playa.
Un canal artificial. La Lagoa de Ibiraquera era, en sus orígenes, de agua dulce. En 1918, dada la proximidad al mar se trazó un canal que la unió al océano. Ese flujo –que signan las mareas– es el que organiza los días en esta tranquila playa.

La Barra de Ibiraquera, en el litoral sur de Santa Catarina continúa siendo uno de esos rincones que aún presentan cierto perfil de “secreto”, aunque ese halo de tranquilidad parece estar cambiando poco a poco. Todavía está lejísimo de los embotellamientos que se arman en la vecina Praia do Rosa en temporada alta, pero ya no es el sitio anónimo que era antes de que se construyera el puente sobre la laguna de Ibiraquera, hacia 1996. Aun así, conserva intacta su fisonomía natural extraordinaria: una playa ancha y larguísima, con dunas majestuosas por un extremo, rocas por el otro, y justo detrás, una gran laguna (la Lagoa de Ibiraquera) que abraza el conjunto y se alía con escarpados morros verdes que van tapizando el horizonte.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Aquí nomás.</span> Por su proximidad, las playas de Santa Catarina figuran entre las más buscadas por los argentinos
Aquí nomás. Por su proximidad, las playas de Santa Catarina figuran entre las más buscadas por los argentinos

El mayor atractivo del lugar sigue siendo el punto donde la “lagoa” encuentra el mar —un fenómeno cambiante que depende de la intervención de la naturaleza y que imprime a cada visita una impronta distinta. Cuando la barra está abierta, el mar entra, trae peces y crustáceos; cuando está cerrada, la cálida calma es perfecta para nadar, hacer kayak, stand up paddle o hasta pescar.

Dónde dormir en Barra de Ibiraquera

Ponta da Piteira

Ponta da Piteira

Abrazada por la Lagoa de Ibiraquera y con vista al mar, este pequeño hotel pensado solo para adultos ofrece siete habitaciones y un restaurante gourmet comandado por el chef Luciano Boix. Este es el proyecto personal de Karen Agra y Henri Sclovsky, que llegaron a la zona en los años 80, pero estrenaron las primeras suites recién en 2007, y fueron creciendo poco a poco hasta alcanzar el número actual. El desayuno se sirve dentro de la habitación, para poder disfrutar de sus terrazas y soberbias vistas. Todos los cuartos son pet friendly.

Mevlana Garden

Mevlana Garden

De impronta oriental, esta posada con jardín de 11.000 m2 fue concebida para albergar los retiros de meditación del maestro Vasant Swaha. Por eso, su capacidad con 29 unidades de diferente categoría es relativamente alta. El desayuno se destaca por la elaboración propia de panes, jugos detox, yogur y opciones sin gluten y sin lactosa. Se ofrecen meditaciones y técnicas de yoga y pilates sin costo adicional en el Templo del Loto Blanco. También kayak y stand up paddle para practicar en la laguna.

2

Campeche

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Isla de Campeche.</span> Justo frente a la localidad de Campeche, la isla del mismo nombre se visita durante el día, y con cupo limitado: sólo 700 personas por jornada.
Isla de Campeche. Justo frente a la localidad de Campeche, la isla del mismo nombre se visita durante el día, y con cupo limitado: sólo 700 personas por jornada.

Si la parte norte de la isla fue la que convocó a miles de argentinos en los años 80, el sector sur siempre se mantuvo fuera del radar de las multitudes. Unos pocos “curtían” la agreste Matadeiro, con poquísimos servicios o iban hasta Pantano do Sul a pegar un papelito, tal como marca la tradición, desde 1958, en el Bar do Arante. En el sector este de Florianópolis, Campeche es un gran universo por descubrir. Combina la elegancia de su zona comercial con lo agreste de la restinga (una cobertura vegetal que protege a los médanos del avance del mar). Mientras el centro de Florianópolis supera los 45.000 habitantes, Campeche apenas tiene 20.000, de modo que tiene todo para abastecerse sin cruzar el puente Hercílio Luz.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Playas del Sur</span> El norte de Florianópolis tiene playas más urbanizadas que las del sur, más salvajes.
Playas del Sur El norte de Florianópolis tiene playas más urbanizadas que las del sur, más salvajes.

Es meca de surfistas, aunque también convoca a las familias. Justo enfrente, la Ilha do Campeche, se reserva las mejores playas. Para llegar a esta Reserva Natural las lanchas más seguras salen por la mañana desde la playa de Armação (unos kilómetros más hacia el sur). La travesía de 15 minutos depara aguas turquesas y transparentes, arena blanca y el morro con pinturas rupestres a las que se puede acceder con guías especializados. Playa, sol, mar, morro, trilhas, algo historia y mariscos. Y un detalle más: el estatus de Reserva de la isla restringe la entrada a 700 personas por día. ¿Qué más se puede pedir?

Dónde dormir en Campeche

Mansão Voar

Mansão Voar

Esta gran casa de ocho habitaciones se ubica a 14 km de Campeche. Si bien durante el año es muy utilizada para eventos y bodas, en verano funciona como un pequeño hotel. La arquitectura no es moderna, pero la construcción es sólida y de categoría, con amplias dimensiones y soberbias vistas al mar y al Morro do Cambirela. Rodeada por 312 mil m² de vegetación, resulta muy cómodo por la noche estar cerca de los restaurantes que cultivan ostras y la ruta gastronómica de la aldea histórica de Ribeirão da Ilha.

Tamarindo Eco Lodge

Tamarindo Eco Lodge

Clásica posada muy próxima a la playa de Campeche, inauguró en 1999 y fue consolidando su prestigio y buena relación precio-calidad. Cuenta con 16 habitaciones de distintas categorías rodeadas de un gran jardín. La más nueva es la Beach Office, pensada para quienes precisan trabajar a hacer home office con excelentes prestaciones hoteleras y técnicas, incluida red de wifi segura y exclusiva y silla de oficina. Hay clases de yoga sin cargo en el centro Yoga Paz y un centro de tratamientos de bienestar. También son pet friendly.

3

Ubatuba

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Conocida, pero no tanto.</span> Ubatuba incluye un gran conjunto de playas, con algunas mucho menos evidentes a las que se accede a pie o en taxi boat, como la Ilha de Prumirim
Conocida, pero no tanto. Ubatuba incluye un gran conjunto de playas, con algunas mucho menos evidentes a las que se accede a pie o en taxi boat, como la Ilha de Prumirim

No es una playa sino cien, y más de 20 islas. Hacen falta varios días para conocerlas todas, porque aunque estén todas rodeadas de mata atlántica, que casi siempre se recuesta exuberante sobre la gran franja de arena, ninguna es nunca igual a la otra. Las hay con quiosques de comida y bebidas, o bien despojadas; con o sin cascada de agua dulce; más o menos construidas; céntricas o idílicas también. Por eso, es bueno saber que de la ciudad de Ubatuba al norte están las playas más lindas, y hacia el sur las más urbanizadas. Algunas de las más recomendables son Praia do Félix, Prumirim, Itamambuca, Puruba y Picinguaba. Desde la orilla de la primera, a 17 km del centro, no se ve construcción alguna y las casas de alquiler permanecen escondidas entre el verde. Sí se detectan en la arena grandes chapeus do sol, como llaman cariñosamente a las amendoeiras, un árbol de hoja muy ancha que sirve para dar buena sombra cuando escasean las palmeras. Desde el canto derecho de la Praia do Prumirim se llega en taxi boat a la isla del mismo nombre, a la que algunos valientes llegan a nado si el mar no está bravo. Los barcos a motor anclan por su parte frente a su costa. Y cuando las playas de Ubatuba están desbordadas, Puruba y Picinguaba son buenos refugios lejos de las masas. Para llegar a Puruba, se atraviesa un río con agua a la cintura que separa las arenas del continente. En Ubatuba más del 80% del municipio es verde y siempre lo será. Porque el Parque Estadual da Serra de Mar lo abarca casi todo. De la parte antigua del casco urbano queda poco, solo unas escasas cuadras preservadas. En el centro, Itaguá es la zona más bonita que atraviesa la orla –costanera– en apenas siete cuadras empedradas que abarcan comercios y restaurantes. Y cuando en días de lluvia el paseo se acaba pronto, una preciosa alternativa de visita es la cercana y colonial Paraty, a solo una hora de auto hacia el norte.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Familiares.</span> Las playas del litoral paulista son muy buscadas por quienes veranean con niños pequeños.
Familiares. Las playas del litoral paulista son muy buscadas por quienes veranean con niños pequeños.

En Ubatuba más del 80% del municipio es verde y siempre lo será. Porque el Parque Estadual da Serra de Mar lo abarca casi todo. De la parte antigua del casco urbano queda poco, solo unas escasas cuadras preservadas. En el centro, Itaguá es la zona más bonita que atraviesa la orla –costanera– en apenas siete cuadras empedradas que abarcan comercios y restaurantes. Y cuando en días de lluvia el paseo se acaba pronto, una preciosa alternativa de visita es la cercana y colonial Paraty, a solo una hora de auto hacia el norte.

Dónde dormir en Ubatuba

Pousada Picinguaba

Pousada Picinguaba

Este es el sueño del francés Emmanuel Rengade y su mujer Bianca Borghetti. Picinguaba abrió en 2000 y nueve años más tarde nació la Fazenda Catuçaba –a dos horas, en las montañas–, que también recibe. Allí se elaboran las frutas y carnes orgánicas que se sirven en la posada. La ruta termina en esta pequeña aldea de pescadores, y hay que trepar un poco para llegar a este refugio de nueve habitaciones con vista al mar. El lugar tiene varios senderos que conducen a playas a las que solo se llega a pie.

Itamambuca Eco Resort

Itamambuca Eco Resort

Un hotel resort de escala media (76 habitaciones) en la desembocadura del río Itamambuca. Es ideal para familias (hay recreación infantil en temporada) y quienes quieren practicar surf. La playa es preciosa y extensa, se accede desde el embarcadero propio por una balsa a cuerda que es manejada por una persona del hotel para cruzar el río (hasta las 18 hs), y ya en la playa hay servicio de sombrillas y reposeras incluido. Las tarifas son con desayuno, pero hay restaurante y bar propio (precios altos).

4

Ponta do Corumbau

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Solo arena y mar.</span> El “vilarejo” de Ponta do Corumbau está al norte de Cumuruxatiba. El acceso terrestre está en malas condiciones, lo que preserva la tranquilidad del lugar.
Solo arena y mar. El “vilarejo” de Ponta do Corumbau está al norte de Cumuruxatiba. El acceso terrestre está en malas condiciones, lo que preserva la tranquilidad del lugar.

Porto Seguro es conocido por muchos como el sur del estado de Bahía, pero más al sur están Arraial d’Ajuda, Trancoso, y después de cruzar otro río, la aldea de Caraíva. Todavía más al sur aparece Ponta do Corumbau. Quien quiera acceder en vehículo debe hacerlo desde Cumuruxatiba, a unos 77 km al sur. Aquí hay sólo un par de hoteles de lujo, bastante alejados del pequeño casco urbano, unas pocas posadas, y otros tantos restaurantes donde pasan el día en la playa quienes llegan en buggy o en barco, desde Cumuruxatiba o Caraíva. El acceso por tierra es bastante malo y eso mismo preserva a este alejado enclave que se detecta justo entre la desembocadura del río Corumbau y el mar. Ninguna vidriera. Ningún boliche. A quienes busquen algo más que tranquilidad, Ponta do Corumbau probablemente les sepa a poco.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Caraiva.</span> Del otro lado del río de ese nombre, este pueblito suele ser punto de partida para las excursiones a Corumbau, ya sea en buggy o en lancha.
Caraiva. Del otro lado del río de ese nombre, este pueblito suele ser punto de partida para las excursiones a Corumbau, ya sea en buggy o en lancha.

Cuando la marea baja, la lengua de arena blanca que queda al descubierto atrae a cientos de gaviotines que llegan a picotear almejas o caracoles. Los restaurantes reciben a los viajeros y los invitan a usar la sombra de sus camastros a cambio de una consumición mínima: si hay pesca de budião y lo pide grelhado podrá disfrutar del sabor del mar en su mejor expresión. Siempre acompañado de arroz y feijão, claro.

Dónde dormir en Ponta do Corumbau

Vila Naiá

Vila Naiá

Obra del arquitecto Renato Marques este hotel ganó el premio Condé Nast como uno de los mejores hoteles de playa del mundo. Se encuentra en una reserva de 50.000 m2 cuenta con ocho unidades: cuatro casas y cuatro suites. Están construidas sobre palafitos de madera demolición con tejuelas de madera en el techo, similares a las moradas originales de los habitantes del paralelo 17º, que forma parte del nombre del lugar. La propietaria, Renata Mellão tiene en São Paulo un museo llamado A Casa, dedicado al Objeto Brasileiro donde se apoya a los artesanos del país.

Céu de Corumbau

Céu de Corumbau

A 250 m de la playa, esta tranquila y pequeña posada cuenta con dos bungalows (con cocina), una suite y una casa. El alojamiento es con desayuno. Los propietarios, Fernando y Patricia, preparan y sirven un desayuno delicioso (no es buffet) y aconsejan a los huéspedes sobre dónde comer por la noche en esta pequeña localidad. El terreno es acotado pero los servicios, y la relación precio-calidad, óptima. El baño de la suite Lua Crescente tiene el techo con vista al cielo muy apreciado en noches estrelladas.

5

Península de Maraú

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Taipu de Fora.</span> Por su tranquilidad y sus anchas playas es una de las más buscadas de la Península de Maraú, un lugar al que se accede en lancha desde Camamu. Para moverse es preciso alquilar un buggy o “jardineira”.
Taipu de Fora. Por su tranquilidad y sus anchas playas es una de las más buscadas de la Península de Maraú, un lugar al que se accede en lancha desde Camamu. Para moverse es preciso alquilar un buggy o “jardineira”.

La dificultad para llegar es directamente proporcional con la satisfacción que genera tener todo esa seguidilla de playas de arena blanca y palmeras para uno solo: Bombaça, Taipu de Fora, Algodões, Panelas e Cassange. El “agite” se concentra solo en Barra Grande y la punta norte, Ponta do Mutá. El resto son posadas y casas de alquiler de “alto padrão”. Claro que el aislamiento tiene algunas desventajas: no hay restaurantes gourmet donde entretenerse por la noche, ni vidrieras, ni centros comerciales. Aquí el relax en la playa lo es todo. Los brasileños suelen moverse con 4×4 (puesto que ingresan por el sur desde Itacaré), pero hay que tener en cuenta que la ruta es de tierra, en mal estado, y si llueve puede quedar intransitable.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Piscinas naturales.</span> Las mareas dejan al descubierto buena cantidad de ollas y piscinas donde hacer snorkel.
Piscinas naturales. Las mareas dejan al descubierto buena cantidad de ollas y piscinas donde hacer snorkel.

Para relajarse del todo, lo mejor es llegar hasta Camamú (desde Ilheus o Salvador), y tomar ahí la lancha para atravesar el río Acaraí. Una vez en la península de Maraú, uno puede moverse en buggy o en taxi. También se puede tomar una excursión en jardineira o camioneta para visitar las piscinas naturales de Taipu de Fora. De julio a octubre, durante la época de reproducción, la península ofrece un plus: el avistaje embarcado de ballenas Jubarte.

Dónde dormir en la Península de Maraú

Ka Bru 1100

Ka Bru 1100

Es la nueva opción de Ka Bru Beach, el hotel “madre” sobre la Bahía de Camamu. Esta otra opción, también de seis habitaciones, está entre la Lagoa de Cassange y el mar y abrió en noviembre de 2022, con un concepto de “pop up hotel”. Se decía que iba a abrir sólo 1100 noches (de ahí su nombre), pero lo cierto es que el éxito fue tal que continúa abierta y sin fecha de cierre prevista. En cualquier caso, ambas son de altísimo diseño y categoría.

Aloha Guest House

Aloha Guest House

Pequeña posada compuesta de una casa para 7 personas (tres suites) que pueden reservarse juntas o separadas. Atendida por sus dueños –Christiano y Lira–, él da clases de surf para quien quiera aprovechar más la estadía. Ubicada a 100 metros del mar, está en la Playa de Algodões, al sur de la península. No cuenta con restaurante, pero está a disposición de los huéspedes el uso de la cocina y áreas públicas de la propiedad.

6

Patacho & Lages

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Lagues.</span> Junto con Patacho, esta dupla de playas protagoniza la Ruta Ecológica dos Milagres. Cuando la marea es propicia, varias embarcaciones invitan a recorrer sus piscinas naturales.
Lagues. Junto con Patacho, esta dupla de playas protagoniza la Ruta Ecológica dos Milagres. Cuando la marea es propicia, varias embarcaciones invitan a recorrer sus piscinas naturales.

En sus 300 km de litoral, el estado de Alagoas recibe con perfectas playas, buenos servicios, ciudades históricas, pueblos de intensa cultura pesquera y el energético ritmo del forró. Desde Maceió, su capital, la ruta hacia el norte depara mayor cantidad de buenos balnearios. Maragogi es la segunda ciudad del estado, con resorts de más envergadura. Para un “astral” más tranquilo conviene bajar unos 27 km al sur hasta Patacho y Lages, dos playas muy próximas a la aldea de Porto de Pedras. Son parte de la Ruta Ecológica dos Milagres, que incluye también a los municipios de Passo de Camaragibe y São Miguel dos Milagres.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Palmeras.</span> El litoral de Alagoas se caracteriza por su gran cantidad de “coqueiros” y arenas blancas.
Palmeras. El litoral de Alagoas se caracteriza por su gran cantidad de “coqueiros” y arenas blancas.

Resultan una excelente base para visitar las piscinas naturales do Toque, y explorar el río Tatuamunha en busca de los tiernos peixe bois (manatíes), aunque claro que la principal actividad del destino son las largas caminatas por la beira mar, la contemplación y la relajación bajo sus abundantes coqueiros.

Dónde dormir en Patacho & Lages

Pedras do Patacho

Pedras do Patacho

Encantadora posada de 23 suites y bungalows fundada en 2017 por el abogado Luciano Caribé. Además de su moderna arquitectura, destaca su cuidada gastronomía en el restaurante Corten. Al frente del menú está el reconocido chef Biba Fernandes, de Chiwake y Chicama (restaurantes pioneros en ese tipo de cocina en Recife y Brasil). El desayuno puede ser servido en bandeja flotante en las piscinas individuales de los bungalows, a lo que se suman los servicios del spa, las clases de yoga y otros detalles del perfil wellness que cultiva el hotel.

Reserva do Patacho

Reserva do Patacho

El techo de vidrio del baño de los bungalows Super Aquário oficia de fondo para la piscina individual emplazada en cada rooftop. Tales son los detalles de lujo en esta posada a orillas del mar que cuenta con diferentes categorías de alojamiento (desde chalés de 45 m2 hasta las mencionadas de 160 m2), con amenities de L’Occitane y la excelente cocina del chef Sother Reis en su restaurante gourmet Nostrum Patacho. A 106 km de Maceió, se trata de un refugio romántico y privado, con muy buen desayuno y amable servicio.

7

Carneiros

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>São Benedito.</span> A orillas del mar, la capilla de Carneiros data del siglo XVIII y se ha convertido en una postal de esa porción del litoral de Pernambuco.
São Benedito. A orillas del mar, la capilla de Carneiros data del siglo XVIII y se ha convertido en una postal de esa porción del litoral de Pernambuco.

Seis kilómetros de playa, mar calmo y cristalino, dos ríos (Formoso y Ariquindá), manglares, lenguas de arena que se dibujan y desdibujan según la marea, piscinas naturales. Ubicado a una hora de Porto de Galinhas, Carneiros conserva cierta exclusividad debido a su acceso restringido por tierra: como se atraviesan propiedades privadas, lo mejor es dejar el auto en las barracas como Bora Bora o Beijupirá y bajar caminando a la playa. No es un pueblo; apenas un puñado de complejos hoteleros, posadas y restaurantes, ya que la urbanización propiamente dicha se organiza en la contigua villa de Tamandaré. Aquí todo se resuelve dentro de los alojamientos, donde ofrecen la comida y los paseos en catamarán a los manglares, las piscinas naturales y a una isla cercana en la que hay arcilla fresca para hacerse baños. Por esa razón, es ideal para parejas o familias con niños pequeños, pero no tan recomendable para ir con adolescentes. Muy bien conservada está la pequeña iglesia de São Benedito, del siglo XVIII. Construida sobre la playa y rodeada de palmeras, es escenario romántico de numerosos casamientos y la imagen más difundida del lugar.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Tamandaré.</span> La playa se hizo conocida como una alternativa a la popularidad de Porto de Galinhas.
Tamandaré. La playa se hizo conocida como una alternativa a la popularidad de Porto de Galinhas.

Ahí también se puede dejar el auto por una módica tarifa. Eso sí: conviene llegar temprano porque a partir de las 10 de la mañana se llena de gente. En definitiva, la temporada alta lo es en todas partes. Aún en los sitios que aún pretenden ser secretos.

Dónde dormir en Carneiros

Pontal dos Carneiros

Pontal dos Carneiros

Complejo de 16 bungalows a orillas del mar en una fazenda de 110 hectáreas que pertenece a la familia Rocha desde hace más de 80 años. Hay varias hamacas entre las palmeras del parque donde tirarse a dormir o leer. Se ofrecen como extra masajes, paseos en barco y snorkel, pero no es un sitio con menú de actividades amplio como otros resorts de gran porte. Buenos restaurantes.

Eco Resort Praia dos Carneiros

Eco Resort Praia dos Carneiros

Son 407 unidades autónomas, gerenciadas de forma individual por cada propietario (en general el sistema de reservas envía a la página de Airbnb de cada anfitrión). El complejo cuenta con gimnasio, sala de juegos, restaurante, kids club. Hay desde departamentos chicos hasta bungalows con piscina privada. El desayuno y las demás comidas pueden tomarse en los restaurantes (con cargo). Hay un mercado para hacer compras y cocinar en la cocina propia.