La autora, integrante de Socorristas en Red da cuenta de los avances en la aplicación de la ley IVE y las dificultades que encuentran para seguir activando los derechos de las mujeres.

Por Noelia Aguilar Moriena

Algunas de las movilizaciones en apoyo del tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Las y les activistas feministas venimos de un 2020 muy movilizante en términos de conquistas de derechos. Pese a un contexto de pandemia mundial, logramos la sanción de la Ley IVE, que para nosotres, es la ley más colectiva que supimos conquistar, porque nos da un piso muy ancho y firme para avanzar en más derechos, en cambios concretos y reales.

Ser parte de Socorristas en Red (feministas que abortamos), nos da la energía para seguir activando en su real implementación, aunque sabemos que no será fácil. Hay muchxs profesionales de la salud antiderechos. Pero, desde la red, que hace más de nueve años acompaña abortos legales por causales, con información y con un activismo, nos sentimos preparadas/es para hacer que la ley se efectivice.

En San Luis, se realizan aún legrados desaconsejados por la OMS, incluso en el primer trimestre de gestación, que podría reemplazarse por AMEU (aspiración manual endouterina), técnica que existe en los hospitales públicos de San Luis.

El legrado, es una técnica innecesaria, que trae complicaciones inmediatas para la salud, así como también complicaciones a largo plazo ya que afecta negativamente la fertilidad.

Sin embargo, en San Luis, continúan con su práctica, como una misoginia sostenida y en ejecución, por parte de un sector de profesionales de la salud. Por esto, también vamos a seguir armando redes feministas e interpelando los machismos institucionales, que se traducen en violencia institucional.

Tal como expresamos en la declaración de nuestra última Plenaria virtual Socorrrista: acá estamos para insistirle al sistema de salud que quienes abortan son las, les y los protagonistas indiscutibles del aborto y que las legitimidades de nuestras decisiones no se agotan en una ley ni política estatal.

Acá estamos: para seguir extendiendo y profundizando los lazos con las redes de acompañantes de América Latina y el Caribe, porque los abortos no tienen fronteras y los acompañamientos tampoco.

Desde la Red, también decimos que ante la violencia machista, la salida es colectiva. Que necesitamos y exigimos la real implementación de la ESI en todas las instituciones educativas, porque lo único que nos sacará de este sistema violento, es aprender a vincularnos de otra forma, y ahí el Estado tiene un rol protagónico e imprescindible.

No se trata sólo de impedir las muertes, también es necesario reparar las violencias sufridas y brindar posibilidades de otros proyectos de vida. Tampoco se trata de crear nuevas áreas, sino de dotar a las existentes de los recursos materiales y humanos para hacerle frente a un sistema burocrático que mira impávido mientras los femicidios proliferan.

Junto a las charlas sensibilizadoras y las capacitaciones, se debe pensar, en transformar las condiciones estructurales. Porque si no se implementan cambios profundos, los femicidios y transfemicidios, lamentablemente, seguirán sucediendo.

Hasta ahora, solo hemos visto políticas de abordajes que buscan soluciones mágicas, más ligadas al voluntarismo que a una verdadera planificación estatal y esto es muy evidente en San Luis, donde las feministas que acompañamos a mujeres en situación de violencia, no podemos acreditar avances que provengan de las instituciones.

Tampoco alcanza y sirve más punitivismo.Otorgarle toda la responsabilidad al autor individual, y proponer aumento de penas para ese autor, no va a detener los femicidios, porque esto que vivimos es un problema social, no individual. Por lo tanto, la salida es colectiva. Más penas y más cárceles no frenarán la violencia y los femicidios.

Por todo ese este 8M, en San Luis, y como desde hace 5 años en el Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y no binaries, tomaremos las calles, porque es allí donde las y les feministas sabemos encontrarnos, en ese hacer colectivo donde están las herramientas para ponerle freno a tanta violencia sexista y crear estrategias y pedagogías que nos otorguen otros modos de vincularnos y de hacerle frente a esta sociedad femicida en la que vivimos.

Fuente: Télam