Gastón, entre los 10 mejores estudiantes del mundo

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GastónDíaz

por Lucila Marín

“Es el distinto de la manada”, lo define Silvia Rabanal, la directora del Instituto Santa Faz de Lanús, donde Gastón Díaz cursó toda su vida escolar. “Él se establece metas y las va cumpliendo”, agrega. Hace ya un tiempo que su objetivo es entrar a Stanford, la universidad privada estadounidense en California, considerada una de las diez mejores del mundo y ubicada cerca de Silicon Valley, meca de la alta tecnología y la innovación. Quiere estudiar ciencias de la computación, con matemática y finanzas. Con eso en mente, ya es el segundo año que Gastón, que vive a unas cuadras de su colegio, en la zona sur del conurbano bonaerense, va por la mañana a esa institución y se retira antes para asistir a un programa de verano extendido de las universidades estadounidenses. “Te permite tener clases virtuales en las facultades de allá, y está muy bueno porque podés cursar en inglés y tomar clases que sean de los temas que a vos te interesa. El año pasado elegí tecnología de emprendedurismo y negocios. Está muy bueno porque podes meterte en el tema y ver cómo dan clases las universidades. Te sirve para conocer un poco mejor la universidad y ver cómo sería estudiar allá”, cuenta. Además de Stanford, en enero se postulará a unas 15 universidades norteamericanas más. En la lista están varias de las consideradas entre las mejores del mundo: Harvard, Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Columbia. Si se quedara en la Argentina, cree que estudiaría Ingeniería Informática en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Le ofrecieron participar de un proyecto para ayudar con tecnología a gente con adicciones y también hacer una pasantía de verano en YPF cuando termine el colegio. Haber sido elegido entre los 10 mejores estudiante del mundo lo llevó a que que lo distingan como ciudadano ilustre de Lanús. También está postulado para ser persona destacada en la Legislatura porteña y en el Senado. Pero su currículum apenas comienza y pese a sus 17 años acumula una larga lista de logros que explica que haya sido seleccionado. Y empezó hace tiempo. Fue él quien pidió que agregaran las olimpiadas de matemáticas en su colegio. Nombra a la profesora que lo acompañó, Marcela, como una de las personas más importantes en su trayectoria.

“Lo más importante es cortar distracciones, a veces uno pierde mucho tiempo en redes sociales”

“En el cole no tenían y yo dije: quiero participar. Me encantan hacer problemas, mi mamá me fomentaba mucho después del colegio o en el verano practicar problemas de olimpiada, entonces ahí como que empezó la chispita”, recuerda. También representó al colegio en el Parlamento Joven, donde estudiantes secundarios debaten proyectos sobre temas de actualidad y formulan propuestas para ser consideradas. A los 14 llegó su primer proyecto tecnológico: participó del programa Solve Financial Inclusion Challenge, del MIT. “Es una hackatón muy grande que organizan para todo el mundo de manera virtual. Yo estaba sin equipo, me sumé a lo último y terminé uniéndome en uno de chicos de primer año del MIT. Hicimos una solución para la transparencia de los gobiernos que trackeaba con blockchain los gastos estatales”, cuenta Gastón. “Eso me dejó el bichito de que quiero hacer cosas que tengan impacto. Me gusta programar, puedo construir soluciones y eso me ayudó a mandarme. Pero fue algo que hicimos para un hackatón, que son competencias donde no necesitás tener usuarios, no la usó ningún gobierno”.

Pero después le recomendaron pensar en soluciones más aplicables. “Me vi con uno de los fundadores de Tienda Nube, que es uno de los unicornios argentinos y me dijo: ‘hacé algo que te sirva para aprender, que sea fácil de verificar, que no sea algo que le tenés que ir a vender a un gobierno, que sea aplicable”. Fue Gastón quien lo contactó, le mandó un mensaje y le dijo que le gustaría ser como él en un futuro. Desde muy chico va a Endeavor, la organización de emprendedores. Y así llegó Cresify, una plataforma que provee una serie de herramientas para equipos comerciales de empresas tecnológicas. “La mejor forma de aprender es haciendo. Con Cresify puedo solucionar un problema y puedo practicar y estar en contacto con todas estas cosas que son necesarias para entender cómo crear una startup”, dice Gastón. Cresify está dentro de Microsoft for Startups, un programa de mentoreo que te da acceso a toda su tecnología. Y también del de Amazon. Sus principales clientes son de Europa y de Chile, pero tuvo que poner su emprendimiento en pausa. “Terminé todos los contratos antes viajar en julio. Me importa mucho entrar a la universidad en Estados Unidos y es un proceso muy largo y demandante. Ya no tomo más clientes, hay waitlist para early adopters. Lo frené porque yo ya me siento satisfecho porque cumplí el objetivo con el que se empezó: probar y aprender. Estoy seguro que va a seguir funcionando, pero también depende mucho de si me aceptan o no. Estoy muy nervioso, pero tengo que seguir haciendo las postulaciones”.

Además de Stanford, en enero se postulará a unas 15 universidades norteamericanas más

En julio fue seleccionado para viajar al Campamento Nacional de Ciencias para Jóvenes 2025, en West Virginia, Estados Unidos, un programa del Departamento de Estado de los Estados Unidos y la National Youth Science Foundation, creado para jóvenes académicamente destacados con un gran interés y compromiso con las ciencias. “La pasé muy bien porque estamos en la misma, aplicar implica muchas actividades extracurriculares y estábamos todos en el mismo proceso. Me sentí muy cercano a ellos, pero también me llevo muy bien con adultos, paso mucho tiempo entre adultos y está bueno para aprender”, dice. A su extensa lista de actividades también se suma que participa del Grupo solidario Ombú y da clases de apoyo de matemática a chicos de primaria en el barrio 31 y Ciudad Oculta. Programó sistemas para la organización Estudiantes Organizados y además trabajó en una ley de alfabetización financiera y tecnológica juvenil que se usó como base para implementarlos en algunos municipios. Detectó esta necesidad al entrevistar a sus compañeros para presentar un proyecto en una competencia en ciudad de Buenos Aires. “Creo que lo más importante es cortar distracciones, porque a veces uno pierde mucho tiempo en redes sociales”, dice Gastón. No tiene Tik Tok hace cuatro años, Twitter apenas lo usa y lo tiene limitado a 20 minutos por día y tampoco tiene un perfil activo en Instagram. “Me suelo levantar temprano, entre las 5.30 y las 6 e intento hacer cosas antes de venir al cole. Tengo una hora a la mañana, después vuelvo tipo 12 y tengo bastante tiempo en la tarde. Me gusta para despejarme hacer deporte, me gusta mucho correr, ir al gimnasio y también me = leer en papel para desconectarme un poco”. “El colegio le dio las herramientas y los va acompañando, pero él se ocupó de golpear las puertas e ir abriendo su propio camino”, describe su directora. Y él opina: “Creo que primero viene de casa. Mi mamá siempre me fomentó mucho la lectura y a no conformarme con lo que sé, ir a buscar y ponerme objetivos altos. ‘El cielo es el límite’, me dicen. Creo que me mueve que siempre se puede ser mejor. Una frase que me gusta mucho es ‘todo es perfectible, hasta la Capilla Sixtina’. Y cuando te metés en el ambiente de voluntariado, eso te fomenta involucrartey que hagas. Me gusta mucho poder hacer cosas que impacten en los demás y construir soluciones que tengan un impacto verdadero”.