«Bombín», el concejal cartonero y de la Virgen

Marcelo Ibarra recolectaba cartones y asumió su cargo en Escobar con la imagen de la Virgen de Luján que le bendijo el Papa.  

POR LUCAS SCHAERER

Telam SE

Se vivió una jura particular para un político diferente. Mientras los medios de comunicación se concentraban en la jura de los nuevos diputados nacionales, en la localidad bonaerense de Escobar asumía como concejal Marcelo Ibarra, a quien todos conocen por su apodo “Bombín” y cuya candidatura se ubicó en el décimo lugar en la lista del Frente de Todos local.

El peronismo que dirige territorialmente Ariel Sujarchuk (intendente de licencia tras haber asumido el Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable) decidió darle una oportunidad a “Bombín” por su trayectoria militante y porque en pleno macrismo logró, contra toda adversidad, impulsar la construcción de 122 viviendas con las cooperativas de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).

“El gordo tiene 16 hijos y pasó de puntero a militante y referente del Evita levantando comedores, merenderos, cooperativas y ermitas”. Así lo presentó Esteban “Gringo” Castro, el secretario general de la UTEP, quien fue el responsable de subir la imagen de la Virgen de Luján al escenario de la jura de “Bombín”

“No es cualquier imagen. El Papa me la bendijo en Paraguay cuando fuimos en micro con los compañeros de Misioneros de Francisco”, reveló Ibarra.

“Bombín” nació hace 50 años atrás en el Jardín de la República, en la provincia de Tucumán. Aún hoy no pierde la tonada, aunque lleva 25 años en las barriadas bonaerenses. Nunca conoció a su padre y desde chico trabajó en la calle junto a sus dos hermanos. Su “viejita” siempre fue su respaldo afectivo, espiritual y económico. Y cuando puede se escapa a visitarla.

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“Vendíamos cualquier cosa en el semáforo de Roca y Alem, en la ciudad de Tucumán”, evocó Ibarra, quien no olvida que a los 10 años ya ponía en la práctica conceptos de la economía popular. En invierno vendía chocolates, en verano frutas. Con todo el sacrificio de la familia, muchas veces no alcanzaba el dinero y comía del descarte de la sociedad de consumo.

-¿Cómo fue que recibió ocho balazos?

-En Tucumán vivía al lado de la cancha de San Martín, en Ciudadela. En ese tiempo había una villa enorme que rodeaba al club. Un día venían los hinchas de Atlético de Tucumán y en la trifulca uno empieza a disparar con un 22 largo. Tengo todas las balas adentro. En el pecho, en el brazo y tres en la espalda. Siempre fui robusto por eso no me lastimaron de gravedad.

A los 20 años abandonó Tucumán con su hermana y hermano, y se instaló en la casa de unos parientes en Villa Jardín, al lado de la fábrica FATE. Luego se mudó a una villa llamada “Virreyes”, en San Fernando.

“Desgraciadamente fui usado por la mala política. Fui puntero en San Fernando”, reconoció Ibarra. Luego se dedicó a cartonear para sobrevivir, muchas veces con carros tirados a caballo hasta que se impidió su circulación. “Siempre tuve alma de piquetero. Porque siendo cartonero metía el carro en las vías por las malas condiciones del viaje que teníamos para venir a Capital”, señaló.

No todo fue trabajo y lucha para “Bombín”. En el entonces llamado Tren Blanco conoció a su actual mujer, madre de dos gemelas y un hijo. Ibarra estuvo más de siete años cartoneando en los barrios pudientes de la Ciudad de Buenos Aires.

El gran giro de su vida fue producto del consejo de un amigo-vecino. “Me acerqué al local de la calle 18 del Evita”, recordó.  “Primero – agregó – escuché a ‘la Colo’ (Patricia Cubría, actual diputada provincial). Después fue el compañero Marcos, que era muy parecido a Emilio Pérsico, quien me lo presenta. Y bueno así conocí a los cumpas. Me convencieron por el laburo social”.

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“Para mí la militancia al principio era todo raro. No entendía mucho. Aprendí a defendernos y hacernos valorar nuestro derecho. Sin trabajo es que empezamos con los planes. Sé que son necesarios para paliar la situación, pero siempre tenemos que seguir luchando para que los compañeros de los barrios estén mejor, que todas las familias lleguen a fin de mes”.

Como referente del Movimiento Evita en Escobar, “Bombín” impulsó comedores, merenderos y huertas. En plena pandemia dieron asistencia alimentaria a más de 300 personas por día y por local, sobre un total de 20. “Todo se sostiene por el trabajo incansable de las mujeres. Ellas no abandonan, ni para tomar impulso van para atrás”, aseveró el concejal Ibarra.

Los “choriplaneros”, como son llamados en forma despectiva los militantes de los movimientos populares, lograron construir 122 viviendas en Escobar. “Fueron los vecinos y compañeros en cooperativas que logramos en tiempo, forma y calidad, algo que nadie creía que lo íbamos hacer. Es el barrio Amancay, de Maquinista Savio, donde todavía nos falta el 30 por ciento de las terminaciones de las casas. No somos una empresa, pero demostramos lo que somos capaces. Recuerdo que en el macrismo nos hicieron la vida imposible: cobrábamos por certificaciones, pero así y todo nos demoraban a propósito la paga. Pero les demostramos que pudimos hacer las viviendas. No abandonamos el barrio. Les dolió que los choriplaneros fuimos capaces de hacer las 122 viviendas”, destacó Ibarra.

“En plena pandemia le dimos una lucha terrible al coronavirus, desde la intendencia y el programa ´Estado en Mi Barrio´, con el Chino Navarro y el trabajo de las promotoras de salud. Es un orgullo haber conocido tanta gente buena”.

Para el concejal cartonero la fe católica fue una herencia de su madre, reimpulsada por el grupo de laicos Misioneros de Francisco. “Con los compañeros nos fuimos en micro a Paraguay a ver al Papa. Allá nos bendijo las imágenes, le llevamos unas 40”, evoca “Bombín” sobre ese encuentro único en su vida, ocurrido en julio de 2015.

“Con la idea de armar ermitas, capillas y misionar con la Virgen de Luján vamos por los barrios. Esto lo empecé en San Fernando y lo sigo en Escobar. Más de 50 compañeros son Misioneros de Francisco con la virgen”, señaló

Consultado sobre la imagen de la Virgen patrona de la Argentina, que lo acompañó en su jura como concejal, Ibarra celebró la iniciativa “de El Gringo (por Esteban Castro), un loco bárbaro, un capo, a quien le agradezco que haya venido a la asunción con la Virgen. Eso me dio mucha alegría y confianza”.

Fuente: Télam