Muerte súbita en el deporte
Crean un registro nacional y explican cuáles son las causas más comunes. Especialistas destacan la importancia de los chequeos previos y la rápida reacción con RCP y desfibriladores. Una seguidilla de casos en Córdoba generó preocupación.
La muerte súbita siempre es motivo de conmoción, pero la vinculada al deporte suele adquirir características que la vuelven aún más dramática: adultos, jóvenes e incluso adolescentes aparentemente sanos que se desploman en medio de una cancha, en un parque, en un gimnasio, en el patio de un colegio.
Cuanto más inesperada, mayor es el impacto que genera. Las noticias de los casos registrados en Córdoba dan cuenta de eso -en apenas tres semanas tres chicos se descompensaron en plena actividad física-, pero también de la necesidad de contar con datos actualizados y confiables, además de mejorar la prevención y la educación de la población en torno a este tema.
Como en nuestro país la autopsia no es obligatoria en todos los casos, cinco sociedades médicas trabajan en la creación del Registro Argentino de Muerte Súbita Asociada al Deporte (RAMSAD), que comenzará a funcionar el 1° de noviembre. La iniciativa busca recopilar «datos estadísticos fidedignos» sobre las causas y circunstancias en las que ocurren estos episodios.
El registro estará dirigido a médicos, personal de salud y entrenadores deportivos, y cuenta con el impulso conjunto de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), la Sociedad Argentina de Electrofisiología Cardíaca (SADEC), la Federación Argentina de Medicina del Deporte (FAMEDEP) y la Asociación Argentina de Cardiología del Ejercicio y del Deporte (AACADE).
Qué es la muerte súbita
La muerte súbita se produce en forma inesperada dentro de la primera hora desde el inicio de los síntomas. Puede comenzar con un dolor en el pecho, dificultad para respirar o un mareo brusco, y derivar rápidamente en un paro cardíaco. Se estima que en Argentina provoca unas 40 mil muertes al año.
«El término muerte súbita está empezando a cambiar porque, afortunadamente, existen medios para tratar de revertir este evento tan trágico. Hoy se habla también de paro cardíaco súbito recuperado», explicó a Clarín José Gant López, jefe de electrofisiología cardíaca del Hospital Alemán, vicepresidente de la SADEC y uno de los coordinadores del registro que será presentado en el 14° Congreso Argentino de Arritmias, que se realizará del 29 al 31 de octubre en la Ciudad de Buenos Aires.
En jóvenes y adolescentes, las causas más frecuentes detrás de estos episodios son las enfermedades cardíacas congénitas y hereditarias, muchas veces no diagnosticadas previamente.
Después de los 35 años, la principal causa es la enfermedad coronaria aterogénica (es decir, la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias, lo que da lugar a la formación de placas que pueden dificultar u obstruir el flujo sanguíneo), que puede derivar en un infarto y desencadenar una arritmia (la fibrilación ventricular), por la que el corazón empieza a latir caóticamente hasta que se detiene.
Gant López señaló que en el 95% de los casos hay una causa concreta, que no se trata de un fenómeno misterioso ni infrecuente. «Tenemos que hacer diagnóstico de enfermedad en jóvenes y en mayores. Con chequeos periódicos y estudios sencillos como un electrocardiograma o un ecocardiograma y una evaluación precompetitiva adecuada, podemos detectar problemas y reducir riesgos», dijo.
Muerte súbita en el deporte
Los especialistas insisten en que la incidencia de la muerte súbita en el deporte es baja, pero cada caso conmueve porque suele involucrar a personas jóvenes y aparentemente sanas. Por eso, el nuevo registro busca reunir «datos estadísticos fidedignos» que permitan trazar estrategias de prevención más efectivas.
El RAMSAD -explican sus coordinadores- es un registro nacional, voluntario, colaborativo, observacional, con fines estadisticos. Reunirá información detallada de cada caso de evento súbito (paro cardíaco/muerte súbita) de probable origen cardíaco durante o en la primera hora después de la actividad fisica/deporte en mayores de 12 años.
Los profesionales (profesor/entrenador, kinesiólogo, médico) que reporten deberán consignar datos del paciente (edad, sexo, si es deportista amateur o profesional) y disciplina practicada, así como las circunstancias en las que se produjo el evento: lugar, si fue durante o después de la actividad, momento del día, presencia de testigos y respuesta inmediata, incluyendo si se aplicaron maniobras de RCP, uso de desfibrilador y tiempos de llegada de la emergencia.
También se relevarán antecedentes médicos y familiares, la existencia de estudios cardiovasculares previos y la evolución del episodio (si fallece o se recupera). En estos últimos, se indagará sobre diagnósticos presuntivos y confirmados, mientras que en los casos fatales se incorporarán los resultados de autopsias cuando se realicen.
El registro busca conformar una base robusta de datos clínicos, epidemiológicos y contextuales. «La información obtenida servirá para guiar la adopción de medidas de prevención más efectivas a nivel nacional», afirman sus impulsores.
El peso de la prevención
Desde la FAC destacan dos pilares fundamentales: los exámenes cardiovasculares precompetitivos, realizados por médicos especializados, y la correcta activación de la cadena de supervivencia, que implica el reconocimiento inmediato del evento, la realización de maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de desfibriladores externos automáticos (DEA).
El 70% de los casos de muerte súbita ocurre fuera del hospital, en ámbitos como la vía pública, clubes, gimnasios o el propio hogar. En seis de cada diez episodios hay testigos presentes, lo que significa que, con una rápida intervención, podrían evitarse muchas muertes.
No es necesario buscar el pulso ni evaluar pupilas. Ante alguien que no respira y no responde, hay que iniciar compresiones torácicas y llamar a la emergencia médica (911 o 107 en Provincia y Ciudad de Buenos Aires).
«No es necesario hacer respiración boca a boca. Está comprobado que las compresiones en el tórax, al hundirse y expandirse, hacen lo necesario para que el oxígeno entre a los pulmones. Todos estamos capacitados para hacer masajes cardíacos hasta que llegue la ambulancia. Lo importante es no tener miedo a intervenir«, enfatizó Gant López.
La disponibilidad de desfibriladores también resulta clave. Estos equipos, diseñados para ser usados por cualquier persona, guían paso a paso con instrucciones de voz. La ley 27.159 ampara legalmente a quienes asistan a una víctima con estas maniobras.
«Conocer y tratar las causas es clave. Alimentarse bien, hacer ejercicio regular, no fumar, moderar el alcohol, dormir lo suficiente y controlar la presión, la glucemia y el colesterol son medidas básicas que reducen riesgos. Pero lo fundamental es actuar rápido cuando sucede«, concluyó Gant López.
Los casos de Córdoba
Si bien la creación del registro no está relacionada con los casos de Córdoba, su presentación se da en un contexto marcado por la conmoción y la preocupación que generó su difusión.
El caso más reciente fue el de Santino López, un chico de 13 años que se desplomó en plena cancha en la localidad de Sebastián El Cano. Días antes, otro adolescente, Amadeo Ruiz, había muerto durante una práctica de inferiores en la capital provincial, y poco después Facundo Arias Prieto, de la misma edad, se descompensó en una clase de educación física en Villa Carlos Paz.
A ellos se suman el caso de un hombre de 57 años que cayó en medio de un partido en Villa Dolores y el de Thian Toledo, un nene de 7 años que se desplomó en una fiesta en Capilla de los Remedios.
El Comité del Ejercicio de la FAC emitió un comunicado anunciando la creación del registro. Y «frente a los acontecimientos acaecidos en los últimos días», insistió que en nuestro país la principal causa de muerte súbita en adultos es la enfermedad coronaria aterogénica, mientras que en jóvenes y adolescentes predominan las enfermedades cardíacas congénitas y hereditarias.
Contra la desinformación
En relación a desinformaciones que vinculan los casos con la vacunación contra COVID-19 destacaron que «hasta la fecha no existe evidencia científica que respalde la injerencia de las vacunas contra este virus y la aparición de una muerte súbita».
La muerte súbita no se encuentra entre los efectos secundarios de la vacuna y las estadísticas no reflejan un incremento de fallecimientos por esta causa en Argentina ni en el mundo.

Fuente: Clarin.