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Por Alberto Cantore

El autódromo Oscar y Juan Gálvez tendrá un nuevo circuito, ideado por el reconocido ingeniero alemán Hermann Tilke, para el Mundial de Motociclismo de Velocidad. La obra afectará a los emblemáticos dibujos existentes –el tradicional N°12 que utiliza el Turismo Carretera, entre ellos-, que sufrirán modificaciones y provocará que variantes históricas, como la S del Ciervo, la Bajada del Tobogán y la Chicana de Ascari, desaparezcan como se las reconoce, o sean reubicadas. El trabajo comenzará en noviembre de este año y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al frente del proyecto, estipula que finalizará en los primeros meses de 2027, año en que el MotoGP cumplirá la primera de las cuatro visitas que señala el contrato que tiene al Grupo OSD como promotor local –liderado por el empresario y piloto Orly Terranova-, y a Dorna Sports en calidad de representante de los derechos comerciales y televisivos de la categoría, que recientemente completó la venta del 86% del negocio a Liberty Media, quien maneja comercialmente a la Fórmula 1.

<span class=nd-epigrafe-etiqueta>Pistas. </span>  Construido en 1951, el ingeniero alemán Hermann Tilke realizó un nuevo diseño para el autódromo de Buenos Aires
Pistas. Construido en 1951, el ingeniero alemán Hermann Tilke realizó un nuevo diseño para el autódromo de Buenos Aires

El largo camino se desandará en etapas y, además de las reformas de la pista, los trabajos se concentrarán en los boxes, el paddock, las tribunas, las defensas, las zonas de seguridad y la incorporación de tecnología e infraestructura. El valor del proyecto alcanzará, según estipularon desde el GCBA, 100 millones de dólares, aunque los privados sospechan que ese valor podría incrementarse hasta en un 25%. La obra la encabezará la empresa AUSA, encargada del mantenimiento y la explotación de las autopistas dentro de los límites de la Ciudad y será la mayor transformación del autódromo porteño en 73 años. El escenario emblemático del automovilismo nacional se construyó en 1951 y se amplió en 1968 –con la incorporación de la zona del lago, entre las más veloces del mundo-, pero actualmente está alejado de cumplir con los estándares de seguridad y aprobación de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Tampoco la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) consentiría algunos de los múltiples dibujos actuales: la batalla por minimizar accidentes rige al deporte motor y el autódromo tuvo que ajustarse al mandato que tomó mayor impulso cuando la Fórmula 1 hizo sus últimas visitas, entre 1995 y 1998. El fatídico fin de semana de Imola, en 1994, con las muertes de Ayrton Senna y de Roland Ratzenberger, apuró cambios en materia de seguridad en los autos y los circuitos.

Fuente: La Nación