Es uno de los sitios históricos más queridos, visitados y modificados. Ahora ganó 200 metros cuadrados para exhibiciones.

Cada ciudad del mundo exuda, de alguna u otra forma, historia. Las calles, las casas, los edificios, todos atesoran a su modo una parte de la memoria del país y de la latitud que habitan, como recordatorios de algo que permanece en el tiempo.

En Buenos Aires, si de nuestra historia se trata, el Cabildo es probablemente uno de los monumentos más emblemáticos por ser testigo y protagonista de la Revolución de Mayo, proceso clave de la Independencia nacional.

En el interior de ese edificio de arcos blancos que todos alguna vez vimos en una revista Billiken o que dibujamos en cartulina durante la escuela primaria, funciona desde 1939 el Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo, a donde todos los años se acerca medio millón de argentinos para conocer un poco más sobre la historia del nacimiento del país.En la nueva modificación, el Cabildo fue sometido a un proceso de puesta en valor. Foto: Juan Manuel Foglia.

En la nueva modificación, el Cabildo fue sometido a un proceso de puesta en valor. Foto: Juan Manuel Foglia.

De todos los museos nacionales, el del Cabildo es el que recibe más público. Para Horacio Mosquera, actual director del Cabildo, su atractivo está en que es un edificio que tenemos grabado en el corazón.

“Desde chiquitos se nos vienen historias a la cabeza porque el 25 de Mayo se festeja y conmemora todos los años y es un gran aniversario de nuestra nación y de nuestros vínculos. Creo que eso hace que la gente que se acerca al centro de la ciudad quiera pasar a visitarlo, porque les recuerda a la infancia”, cuenta Mosquera a Viva.

Durante gran parte del pandémico 2020, el Cabildo cerró sus puertas para un trabajo de refacción y puesta en valor, que fue llevado adelante en conjunto por el Ministerio de Cultura, la Secretaría de Patrimonio Cultural, la Dirección General de Infraestructura, la Dirección Nacional de Museos y el Museo del Cabildo.

El Cabildo es el museo nacional que recibe más público. Su atractivo está en que es un edificio grabado en el corazón.

Después de un enorme trabajo de reacondicionamiento de techos, paredes y pisos, entre otras obras, el 19 de octubre el Cabildo volvió a recibir público. Tal como detalla la directora Nacional de Museos, María Isabel Baldasarre, además de la puesta en valor se aprovechó el cierre para mudar a la Comisión Nacional de Monumentos (que tenía sus oficinas dentro del Cabildo) al Ministerio de Cultura de la Nación.Durante la nueva remodelación, se recuperó el patio con sus adoquines y aljibe. Foto: Juan Manuel Foglia.

Durante la nueva remodelación, se recuperó el patio con sus adoquines y aljibe. Foto: Juan Manuel Foglia.

Como resultado, el Cabildo ganó unos 200 metros cuadrados más destinados a exposiciones, muestras y actividades para el público, además de la recuperación de su hermoso patio colonial con sus adoquines y su aljibe. Pero, ¿cuánto sabemos realmente de este edificio tan icónico?

Un mismo lugar, muchos cambios

Aunque en nuestro imaginario el Cabildo es tal cual como lo conocemos hoy, lo cierto es que su aspecto fue variando con el paso de las décadas. Las primeras referencias a este monumento datan de principios del siglo XVII, cuando se construyó en el mismo lugar que se encuentra hoy y funcionaba como sede de la administración colonial.

A diferencia de los virreyes y los gobernadores –que eran nombrados desde España–, los miembros del Cabildo representaban a los habitantes de Buenos Aires.Los trabajos de arqueología urbana recuperaron en el Cabildo vasijas de la época colonial. Foto: Juan Manuel Foglia.

Los trabajos de arqueología urbana recuperaron en el Cabildo vasijas de la época colonial. Foto: Juan Manuel Foglia.

En esa primera versión tenía las paredes de adobe y su techo de paja, lo que lo convertía en un edificio rústico. En su interior tenía por un lado un salón para reuniones y por otro una cárcel con cinco calabozos a donde se recluía tanto a hombres como a mujeres por delitos contra las personas, el Estado, la propiedad o la moral sexual de la época.

La cárcel funcionó ahí hasta 1877, año en el que los presos fueron transferidos a la por entonces recién creada Penitenciaria Nacional.

A fines del siglo XIX, buscaron darle una impronta más “moderna”. Ganó una nueva cúpula con azulejos y balcones con balaustradas.

Con el paso de los años la paja del techo se reemplazó por tejas, pero igualmente los desmoronamientos y peligros de derrumbe eran inevitables y en 1725 se decidió demoler el edificio por completo.

Según el registro de los acuerdos de aquella época, ese mismo año se compraron unos 40.000 ladrillos para comenzar la construcción del nuevo Cabildo, cuyos planos estuvieron a cargo del Padre Jesuita Andrés Blanqui.

Ese segundo Cabildo fue el que albergó a los patriotas de 1810: tenía una galería con once arcos, una torre con una cúpula y un reloj español.

La historia no terminó ahí, y el Cabildo fue testigo de los cambios de estilo que rigieron a la sociedad argentina a lo largo del tiempo. A fines del siglo XIX, por ejemplo, se produjo una de las modificaciones más radicales del monumento.“El público se acerca al Cabildo porque les recuerda a su infancia”, dice Horacio Mosquera, director del Museo del Cabildo. Foto: Juan Manuel Foglia.

“El público se acerca al Cabildo porque les recuerda a su infancia”, dice Horacio Mosquera, director del Museo del Cabildo. Foto: Juan Manuel Foglia.

Fascinado con los modelos arquitectónicos europeos, el Gobierno de aquella época buscó darle una impronta más “moderna” al Cabildo, la cual estuvo a cargo del famoso ingeniero y urbanista Pedro Benoit.

En esos años el edificio tomó un cariz europeizado con una nueva cúpula con azulejos y balcones revestidos con balaustradas, entre otros cambios.

Más adelante el edificio perdió seis de sus característicos arcos, que fueron retirados primero para la construcción de la Avenida de Mayo y luego para dar paso a la diagonal Julio A. Roca.

“El aspecto original del Cabildo varía respecto al momento de la historia en la que uno quiera centrarse”, cuenta la directora Nacional de Museos, María Isabel Baldasarre. Y explica: “En un momento, el Cabildo tuvo un estilo afrancesado que tenía que ver con los cánones estéticos de fin del siglo XIX.

A través de muestras de las paredes también se supo, por ejemplo, que durante las administraciones liberales estuvo pintado de color amarillo ocre. El aspecto de hoy recobra su apariencia colonial de los días de la Revolución de Mayo”.Varias de las piezas halladas durante las tareas de arqueología urbana en el Cabildo serán exhibidas en una muestra que se realizará en el mismo monumento. Foto: Juan Manuel Foglia.

Varias de las piezas halladas durante las tareas de arqueología urbana en el Cabildo serán exhibidas en una muestra que se realizará en el mismo monumento. Foto: Juan Manuel Foglia.

Esa estética colonial tan típica, que es la que todos conocemos, se recuperó en 1933, cuando un decreto declaró al Cabildo Monumento Histórico Nacional. La reconstrucción comenzó en 1938 y terminó en 1940 y estuvo a cargo del arquitecto Mario Buschiazzo.

El Cabildo perdió seis de sus arcos para la construcción de la Avenida de Mayo y luego de la diagonal Julio A. Roca.

Esta reconstrucción respetó en gran medida la forma original del Cabildo de los años de la revolución y es muy parecido al que podemos visitar hoy.

Que la recuperación del Cabildo colonial se diera en esos años no fue azaroso. Según explica Baldasarre, justamente en 1938 se creó en nuestro país la Comisión Nacional de Monumentos y fue en esos años que comenzó a mirarse con buenos ojos un estilo de restauración más científico, enfocado en lograr que los edificios recuperen lo más fielmente posible su apariencia original.

“En esos años, la disciplina museográfica se vuelve más profesional y aparecen estos arquitectos, como Mario Buschiazzo, que empiezan a tener una visión más historicista, que busca documentar el pasado de los edificios que fundaron la historia nacional”, agrega Baldasarre.

Sonidos compartidos. La restauración del Museo del Cabildo incluyó también la puesta en valor de la cúpula del edificio y el reacondicionamiento de su histórica campana. Según contó Baldasarre, esta es la campana original del Cabildo y una de las pocas de fines del siglo XVIII que aún quedan en funcionamiento.

“La campana es muy importante porque fue un objeto protagonista de la época de la revolución. Yo siempre pienso que estoy escuchando la misma campana que escucharon los patriotas de mayo. Podríamos pensar que hay una historia sonora compartida, y en un punto estamos conectados en ese registro sensorial con lo mismo que sucedió hace ya 110 años”, reflexiona Baldasarre.

El Cabildo hoy, para todo el público

Una de las nuevas muestras que inauguró el museo del Cabildo tras su reapertura post refacciones es Fragmentos bajo tierra, donde el público puede ver una selección perteneciente a un total de 2.000 piezas que fueron halladas debajo del patio del Cabildo en una excavación llevada adelante por el arqueólogo Néstor Zubeldía junto a un equipo de colaboradores.

La primera excavación dentro del Cabildo fue hecha en 1991 por el arqueólogo Daniel Schávelzon y la segunda fue liderada por la licenciada Sandra Guillermo, en 2013. Uno de los hitos de esta tercera excavación –que comenzó en 2017 y continúa hasta hoy–, fue el hallazgo de los cimientos originales del Cabildo de 1725 (el de los patriotas de la revolución), que los visitantes pueden ver en el patio colonial.

También se encontró una de las letrinas de aquella época, donde aparecieron fragmentos de cerámica indígena, restos de mayólica europea, ladrillos, tejas y otras curiosidades como una moneda de 1898, una bala de pistola de avancarga y una pesa de un telar europeo, entre otros.

“Todo el patio del antiguo Cabildo estaba lleno de celdas y calabozos. Probablemente esta letrina que encontramos haya sido usada por las prisioneras mujeres”, cuenta el arqueólogo del Cabildo, Néstor Zubeldía.

Y agrega: “La mayólica europea que encontramos era la que utilizaban las clases altas del Cabildo, los cabildantes, y la cerámica indígena aún no sabemos, pero probablemente era usada por algún prisionero o por quienes habían trabajado en la construcción del Cabildo”.

Ahora las piezas encontradas deberán ser analizadas para poder obtener nuevos datos y detalles que echarán luz sobre cómo era la vida en aquellos años de la colonia.

En estos últimos años, una comisión oficial se concentró en la recuperación del Cabildo con espíritu colonial.

El Instituto Liama de la UBA estuvo a cargo del análisis de una de las vasijas indígenas encontradas durante la excavación, en la que detectaron un alto contenido de colesterol.

“Alrededor de esta vasija encontré también muchos huesos de animales, lo que da la idea del tipo de comida que se cocinaba en el Cabildo. El análisis de la letrina permitirá también determinar nuevos hallazgos, como las enfermedades de la época colonial”, explica Zubeldía.

Otro de los datos interesantes que destaca el arqueólogo es que muchos de los objetos que se encontraron en las primeras excavaciones del Cabildo se volvieron a hallar en esta tercera incursión.

“Se repite mucho la cerámica indígena corrugada, otra cerámica rojiza que también está en el marco temporal del contacto entre el europeo y el indígena y tecnología cruzada o binaria. Eso ha aparecido en las tres excavaciones y da una idea del contacto que habían tenido estos pueblos con el europeo, y aún más en el Cabildo”, detalla el experto.

Además de la exposición arqueológica, en la otra sala de exhibiciones recuperada a partir de las últimas obras de refacción, los visitantes pueden ver la muestra Rara felicidad la de los tiempos, del artista contemporáneo argentino Ariel Cusnir, en la que Cusnir expone acuarelas para crear un diálogo entre su obra y distintos objetos de la colección del Museo, como una reflexión sobre la construcción de los discursos y las imágenes del pasado.

“En diciembre inauguraremos otra muestra sobre el coleccionismo del arte colonial y pronto tendremos encuentros y talleres. Con esta ampliación también ahora los visitantes pueden disfrutar del hermoso patio. Nos debíamos una puesta en valor de este museo tan visitado”, cuenta la directora Nacional de Museos sobre los próximos planes. Una oportunidad para acercarse a conocer un poco más de nuestra historia. 

Fuente: https://www.clarin.com/viva/cabildo-transformer-monumento-remodelado_0_w0exApPPo.html