Diego Kaen, oncólogo: “Hoy el cáncer se cura y el que no se cura, puede cronificarse”

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El presidente del último Congreso Argentino e Internacional de Oncología Clínica afirma que la detección temprana es clave y que hay que perder miedo a los chequeos. «Entendamos que tenemos que ir al médico sanos», subraya.

«Hay que sentarse frente al médico y decirle quiero hacerme chequeo de cáncer'», subraya Kaen. Foto Gentileza AAOC.

«El cáncer no es sinónimo a muerte. Es una enfermedad más. Una enfermedad común. Todos vamos a tener alguna experiencia o algún familiar que lo atraviese. Esconderlo no sirve de nada. Hablemos del cáncer. Entendamos que tenemos que ir al médico sanos, que nos tenemos que hacer chequeos, porque eso es lo que va a aumentar la curación.»

El que habla y acentúa cada palabra, enfatiza cada mensaje, es Diego Kaen, presidente del Congreso Argentino e Internacional de Oncología Clínica, que hace dos semanas congregó en Buenos Aires a unos 5.000 profesionales de distintas áreas vinculadas a la atención oncológica (médicos, enfermeros, psicólogos, imagenólogos), representantes de asociaciones de pacientes, de la industria farmacéutica, funcionarios, prestadores de salud.

Oradores locales y extranjeros (de la región, Estados Unidos y Europa, principalmente) presentaron, analizaron y discutieron trabajos científicos sobre avances en materia de prevención, tratamientos y métodos diagnósticos.

A juicio de Kaen, uno de los temas centrales fue cómo hacer para que los diferentes actores del sistema trabajen para que todo eso llegue a cada vez más personas. «El acceso con igualdad de calidad a los diagnósticos y tratamientos es el tema que más nos preocupa y nos ocupa», dijo a Clarín el ex presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).

—Hasta hace pocos años, a los oncólogos no les gustaba hablar de cura, preferían el término remisión en la mayoría de los casos. Vos lo remarcás con firmeza: «El cáncer se cura». ¿En qué porcentaje?

—Si hoy metemos todos los cánceres en la misma bolsa (que son muchos, de diferentes tipos) junto a los cuatro estadios de enfermedad (el uno es el menos grave y el cuatro el más avanzado), teniendo en cuenta todo ese universo, hoy el 50% se cura, eso dicen las estadísticas. Un 25% se cronifica, o sea, no logra curarse, pero se cronifica, como el paciente diabético o el hipertenso, que no se curan de su diabetes o su hipertensión por tomar una pastilla todos los días, sino que se controlan. En el otro 25% hoy todavía el cáncer sí produce la muerte. Depende exclusivamente del estadio o el momento en el que lo encontramos.

—¿Cómo modifica el pronóstico la detección temprana?

—Lo ideal sería detectarlo en el estadio uno. En el cáncer de mama, por ejemplo, el 99% de los casos diagnosticados en esa etapa se cura. Para eso hay que hacer una mamografía en forma anual. Por eso es tan importante ir al médico sano. No hay que esperar sentirse mal.

Así como la gente va y se chequea el colesterol (y si le sale alto se ríe, incluso, y dice ‘bueno, voy a dejar de comer asado’), también debería hacer los chequeos de cáncer, pero esos los evitan porque todo el mundo tiene miedo de que le salga algo malo.

Sin embargo, en ese chequeo, en esa normalidad, es donde voy a encontrar un pólipo en el colon, por ejemplo, que se saca y se evita un cáncer de colon. Una microcalcificación en la mama que no se llega a palpar en un autochequeo, si no se hace una mamografía no se ve. Esos casos, detectados a tiempo gracias a los controles, se curan todos.

Entonces, inisisto: hacemos chequeo de colesterol, hacemos chequeo de azúcar, hagamos chequeo de cáncer, porque esa es la forma de prevenirlo y de curarlo.

—Hay mucho margen entonces para mejorar en detección temprana. ¿Y en prevención primaria?

—La gente tiene que tener muy claro que si logra tener una vida sana puede evitar, repito, evitar, el 40% de los casos.

¿Qué significa vida sana? Comer sano (más frutas y verduras y menos comida chatarra). No tomar alcohol o tomar el mínimo posible, no fumar, hacer ejercicio aeróbico y anaeróbico (muscular) por lo menos cuatro veces a la semana 60 minutos, cuidarse del sol, vacunarse contra la hepatitis B y a los chicos contra el VPH… Ningún tratamiento cura tanto como ese 40% que se alcanza con una vida saludable.

—¿Y qué pasa cuando hay predisposición genética?

—Hoy se puede estudiar la predisposición genética y tomar conductas frente a esa predisposición. Si vas al médico sano, ya sea un médico clínico o un oncólogo, te vas a sentar en su consultorio y lo primero que te va a preguntar es tu árbol genealógico en cuanto a esta enfermedad.

Entonces, le dirás «sí, mi padre tuvo cáncer», «mi abuelo tuvo cáncer», «mi tía abuela tuvo cáncer». Y así se empieza a armar un pequeño score en el que ya se observa un aumento de la posibilidad de tener un cáncer genético. En la actualidad se pueden medir esos genes sin ningún problema, saber si lo tenés alterados y tomar una conducta sobre esa alteración de ese gen. O sea que también tus antecedentes y tu posibilidad de riesgo genético va a salir de ese chequeo sano que te tenés que realizar.

Por eso, lo principal es sentarse frente al médico y decirle «quiero hacerme chequeo de cáncer». En los 23 años que llevo ejerciendo la oncología solo tres pacientes se sentaron para decirme que no tenían ninguna biopsia positiva de cáncer y que venían a ver si le podía hacer un estudio de prevención.

Diego Kaen junto a Soledad, con la remera de la campaña X LA VIDA. Foto Gentileza AAOC.

—¿Entonces aconsejás ir al oncólogo para hacer estudio de prevención de cáncer?

—Yo digo que uno puede ir al oncólogo por esa causa, también lo puede hacer el médico general, el médico clínico, cualquiera está capacitado para hacerlo. Pero muchos chequean colesterol, azúcar, y cáncer no.

La gente tiene miedo de ir al oncólogo «a ver si me encuentra algo». Por eso creo que tenemos que desmitificar la palabra cáncer, que deje de ser sinónimo de muerte, que oncólogo deje de ser sinónimo de cáncer, de quimioterapia, de caída de pelo. Muchas cosas que quedaron en el imaginario hoy están muy lejos de la realidad y la gente tiene que empezar a entender que esto ha cambiado.

—¿Cómo cambió el tratamiento del cáncer en estos últimos años?

—Antes tratábamos a todos los pacientes de la misma manera. O sea, ante un cáncer de pulmón tratábamos con una misma droga a todos los pacientes. Hoy hacemos lo que se llama técnicamente de testeo molecular. Explicado en forma sencilla: cada tumor tiene su ADN. Aprendimos a sacar un pedacito de ese tumor y estudiarlo. No el ADN de la persona, sino el del tumor. Cada tumor es diferente al otro, es como si tuviera un DNI diferente. Hoy podemos estudiar todo el ADN tumoral y así ver cuál es la alteración. Si tiene la alteración A, le doy la droga A, no importa dónde se originó el cáncer, si en el pulmón o la mama, por ejemplo. Y eso no tiene nada que ver con lo hereditario.

—Por eso se van extendiendo las indicaciones de las mismas drogas a diferentes tipos de cáncer…

—Absolutamente. Porque lo que importa es ese ADN tumoral, que incluso hoy lo podemos medir en sangre, con la biopsia líquida. El tumor va liberando esos pedacitos de ADN a la sangre y hoy se pueden hacer los mismos estudios que antes hacíamos con un tejido, en la sangre. Buscamos la alteración genética de ese tumor que está causando esa señal de crecimiento no controlado, que es lo que define al cáncer. Hoy tenemos terapias dirigidas a esas alteraciones conductuales y de esa forma hacemos tratamiento a medida de cada paciente.

Moda X LA VIDA

Por tercer año consecutivo, en el marco del Congreso de Oncología se lanzó la venta de las remeras de la campaña Moda Argentina X LA VIDA, que están disponibles en todas las tiendas y e-shops de las 60 marcas que participan, en los principales shoppings de todo el país. «Esta campaña nos viene ayudando a introducir en la gente mucho más el tema de la prevención y el mensaje de que el cáncer hoy se cura y el que no se cura puede cronificarse, y que todo eso va a depender de la detección temprana», dijo Kaen.

Desde 2023, se recaudaron más de 130 millones de pesos para la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), que contribuyeron a sostener la formación médica de sus miembros, becas en centros de referencia y el mantenimiento de actividades académicas de la Asociación.

Fuente: Clarin.